Feijóo señala la apuesta de Moreno por el consenso como faro del PP
El histórico 19-J da alas al partido frente a un Gobierno “desbordado”
La mayoría absoluta cosechada el domingo en Andalucía auspició ayer en Génova una jornada plácida y distendida. Muy diferente a las que se han sucedido recientemente en una sede demasiado acostumbrada a ser el escenario de batallas internas.
Primero se celebró una junta directiva nacional que se centró, casi en exclusiva, en el análisis y la celebración de los resultados obtenidos el pasado 19-J en tierras andaluzas. Y, acto seguido, el presidente de los populares, Alberto Núñez Feijóo, reunió a sus barones autonómicos en la séptima planta del polémico edificio donde presidió una comida de trabajo en busca de sinergias. No se vivía algo así en Génova desde hacía muchos meses.
Dos actos, uno público y otro privado, que vienen a refrendar a Juan Manuel Moreno como el barón de barones del partido tras conquistar una mayoría absoluta histórica que ha instaurado la euforia como común denominador entre los populares.
Fue Moreno, de hecho, el primero en tomar la palabra en la reunión del máximo órgano entre congresos justo cuando cesaban por los altavoces los acordes del Glory days, de Bruce Springsteen.
Y lo hizo como si llevara el trofeo de la Champions League bajo el brazo. Tras recorrer el pasillo de los campeones que le dedicaron sus compañeros –a quienes pidió que cesaran por estar haciéndole pasar “un poco de vergüenza”–, le ofreció a Feijóo su triunfo para seguir creciendo por todo el país.
Un reto que el gallego asumió con naturalidad: “Me parece bien que aquellos que consigan metas que parecían inalcanzables, pongan deberes a todo el partido, empezando por mí”. Feijóo calificó la gesta del domingo como un “triunfo para España” y, por ello, pidió a los suyos entrega y sacrificio para estructurar una alternativa “de mayorías” y “centrada” que les lleve al Gobierno pero de manera prudente, para no caer presos de un “injustificado triunfalismo”.
El líder de la oposición no renuncia a cruzar la meta final de la Moncloa con un gobierno en solitario y lo argumentó enfatizando que con “una constelación de minorías se puede llegar a alcanzar la presidencia, incluso a resistir, pero no a gobernar”.
La sintonía entre Feijóo y Moreno es total. Y quedó patente con discursos paralelos para resumir la receta del éxito. Donde uno destacó el “consenso”, el otro habló de “moderación”. Y si el primero apeló a la “mayoría social”, el segundo abogó por la “política con mayúsculas”. “Los problemas de las personas” deben estar por encima de las “ideologías”, acertó a resumir el presidente del PP.
Todo ello bajo la atenta mirada de Isabel Díaz Ayuso, sentada en la segunda fila –tras la secretaria general, Cuca Gamarra– y a quien muchos sitúan como destinataria indirecta del nuevo tono que se quiere proyectar desde
Génova. Pero ayer no era el día para alimentar polémicas. Sin dejar de defender su estilo, la presidenta de la Comunidad de Madrid negó que existan discrepancias entre los barones y declaró que Moreno y ella han defendido en campaña “el mismo modelo económico”: “No hemos tenido un solo enfrentamiento. Al contrario, somos compañeros con modelos complementarios”, dijo.
Mientras, el presidente del PP optó por apelar a la “competencia sana” entre comunidades para desterrar cualquier tipo de rivalidad interna o debate por el evidente choque de estilos. Un sosiego que espera trasladar también de puertas hacia afuera porque, según considera, “España está pasando la página de la frivolidad, de la división, del radicalismo y de las minorías”.
Una nueva realidad de la que Feijóo ve desconectado al Ejecutivo presidido por Pedro Sánchez. “España no está para triunfalismos ni complacencias. Vivimos una crisis muy profunda. Lo saben bien todos los ciudadanos. El Gobierno está desbordado pero debe reaccionar y ofrecer soluciones a los problemas de las familias españolas”, señaló consciente de que el socialista retrasará al máximo la convocatoria de las elecciones generales.c
El líder popular evita alimentar el choque de estilos con Ayuso y apela a la “competencia sana”