Tras el rastro del preso que se fugó al salir del dentista
Los Mossos d’Esquadra vigilaron el entorno de Adrián Molina, el delincuente en busca y captura que se mofaba de la policía en redes y al que le perdían las motos
Secuencia. utilizó la misma cuenta de Tik Tok que tenía activa dentro de la prisión para compartir vídeos mofándose de los Mossos y alardeando de la fuga. Desde entonces se monitorizaron sus movimientos y los de su entorno, algunos de cuyos miembros no dudaron en compartir información con los mossos que le seguían el rastro.
Su primera parada fue en el sur de España, en una ubicación no conocida en Cádiz. La estrategia consistió en armarse de paciencia y esperar porque su pasión por las motos le jugaría una mala pasada. Y así fue. El Gran Premio de Catalunya fue el momento. Un discreto dispositivo de los Mossos le esperó el viernes en Montmeló, pero no en el circuito, sino en las concentraciones ilegales que se celebran en los aledaños. Los policías supieron de la presencia de
El grupo de búsqueda activa de fugitivos de los Mossos vigiló varios días un taller de Montcada sospechoso
Adrián el sábado, a las dos de la mañana, aupado y protegido por una marabunta que lo vitoreaba y ante la que cualquier movimiento policial hubiera sido suicida.
La atención se centró en algunos establecimientos de Montcada i Reixac donde los mossos habían situado a Adrián y a su entorno. Talleres clandestinos en los que los policías se percataron de la presencia del compinche brasileño, que cometió la imprudencia esa tarde de compartir una foto con una amiga en la estación de tren de Montcada, a pocos metros del taller. Si el brasileño estaba en Montcada, Adrián no estaba lejos.
A una distancia prudencial, el dispositivo fotografió a un joven vestido con pantalón y camiseta rosa que descendía precavido de un coche y accedía a un taller. Llevaba el rostro oculto bajo una gorra de visera amplia. Pero eran las mismas piezas de ropa con las que Adrián se había grabado en un coche tras la fuga. Los mossos accedieron al taller. El joven intentó hacer creer que no era al que buscaban. Se rebotó, forcejeó y acabó lesionado y exigiendo que se le trasladara al hospital. Demasiado arriesgado con sus antecedentes. Los mossos optaron por que los sanitarios le visitaran en comisaría, a cuyas puertas más de un centenar de fieles se agolparon para seguir vitoreando sus hazañas.c