La Vanguardia (1ª edición)

Primer juicio de la macrocausa contra el exalcalde de Torredemba­rra

- E. Giralt

escrito de recurso en el juzgado.

Alegan que debe de prevalecer el derecho de las víctimas a exigir que se aplique el Código Penal al presunto agresor, para que se le juzgue, y se paralice mientras tanto el proceso de petición de eutanasia. Encaso contrario, sostienen que las víctimas quedarían desamparad­as.

Fuentes jurídicas conocedora­s del caso prevén que la jueza no tomará una decisión sin antes pedir al médico forense que evalúe el caso. Sobre la mesa, el informe del comité médico que tras reunirse y estudiar el caso decidió que Sabau, de 46 años, sí cumple con los requisitos para pedir una muerte asistida.

Algunas de las víctimas del exvigilant­e de seguridad todavía no han decidido si recurrirán. Los tres excompañer­os tiroteados a sangre fría por su excompañer­o la mañana del 14 de diciembre del 2021 han sufrido importante­s secuelas, físicas y psicológic­as. Los hechos se produjeron en las dependenci­as de la sede de la empresa Securitas Seguridad en Tarragona. El entonces gerente de la compañía, que recibió varios impactos de bala, estuvo ingresado en estado crítico.

Lo más previsible, según explican fuentes jurídicas conocedora­s del caso, es que se haga prevalecer la ley de la eutanasia y el derecho a pedir morir de forma asistida. Una de las dudas que podría plantearse, si se llega a debatir jurídicame­nte a fondo la cuestión, es si el exvigilant­e, ingresado en un hospital penitencia­rio de Terrassa a la espera de que se cierre la instrucció­n y sea juzgado, haya pedido morir “bajo una presión externa”. Influencia­do, pues, por su deseo de no ser juzgado y condenado a una larga pena.

El comité médico certifica, en el escrito que ha remitido el facultativ­o al juez, que el acusado presenta una “lesión medular incompleta, con una importante dependenci­a y dolor neuropátic­o” y que “expresa y reitera su idea de continuar con la tramitació­n de la eutanasia”. El equipo médico informa que se ha decidido autorizar la petición y se lo comunica a la jueza.

El vigilante vivía en un piso de Alcover (Alt Camp) cuando se armó, se disfrazó y se traslado en coche hasta su antigua oficina para vengarse de sus antiguos jefes.c

El esperado juicio de la primera investigac­ión de la macro causa por presunta corrupción abierta contra Daniel Masagué, exalcalde de Torredemba­rra (Tarragonès), empezó ayer en la Audiencia de Tarragona con la declaració­n del secretario del Ayuntamien­to. El caso estalló ocho años atrás y fue donde se destapó públicamen­te la investigac­ión del caso del 3% de financiaci­ón ilegal de la antigua Convergènc­ia.

El secretario, Rafael Orihuel, declaró ayer ante el tribunal que él mismo alertó de irregulari­dades en la contrataci­ón del alquiler de dos locales municipale­s. El funcionari­o público aseguró que Masagué no respetó su cometido institucio­nal. Orihuel añadió que los contratos de alquiler de los locales hechos sin concurso público no estaban justificad­os.

Junto a Masagué, que siempre ha defendido su inocencia, también se sientan en el banquillo de los acusados otros trece excargos públicos municipale­s, incluidos varios exconcejal­es. En los expediente­s de contrataci­ón de los alquileres tampoco se precisaba a qué uso se querían destinar los dos locales. Los hechos se remontan al 2011. También declaró en el primer día del juicio Enric Grangel (PSC), exedil y exalcalde de Torredemba­rra. Fue él quien denunció el caso, junto a Montserrat Gasull (ERC), ya fallecida, en la Oficina Antifrau de Catalunya. Grangel explicó que si denunció el caso fue porque detectó irregulari­dades. El fiscal pide una pena de cuatro años y medio de cárcel para Masagué y nueve años más de inhabilita­ción para el ejercicio de cargo público.c

La magistrada deberá valorar si prevalece el derecho a pedir morir o la tutela judicial de las víctimas

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