La ya esposa de la cantante es noruega y tiene dos hijos; ambas empezaron a salir hace seis años
gustaría hacer cosas para cambiar esa actitud en Barcelona”.
El intérprete, que sigue viviendo en Berlín, donde es jurado de La voz kids, tiene claro que una de sus casas es el avión, ya que se pasa gran parte del año viajando. Este verano tiene dos únicas citas consecutivas en Catalunya, pero ambas de gran entidad: el Festival Sons del Món, en Roses (30 de julio) y el Festival Jardins de Terramar, en Sitges (31 de julio). Son dos conciertos especiales para un Álvaro Soler que no duda en señalar la Costa Brava como su refugio favorito en el mundo. Un lugar al que ha acudido en varias ocasiones estos últimos años tras el vaivén emocional de la pandemia. “Esta situación me ha dado bastante amplitud acerca del sentimiento de las cosas pequeñas y saber apreciar las cosas mágicas que hay a nuestro alrededor”. Ahí lo tienen. Magia. El cantante aprovechó para darle vida a los instrumentos que colecciona de todos los países que visita, con la intención de poder incorporarlos en sus puestas en escena. Tiene gaitas colombianas, un cuatro venezolano, calimbas y sigue en busca de un laúd.
Quizás alguno de ellos asome en el concierto que dará el próximo 16 de octubre en el Teatro Coliseum de Barcelona, y que forma parte de una gira más íntima que ha titulado En tu piel y que está inspirada en un concierto que hizo en la Cova d’en Xoroi, en Menorca. “Hice un show para solo 50 personas y conecté con la gente de una manera que antes no lo había hecho, así que pensé en hacer una gira más íntima por los teatros”, explica. En tu piel es uno de sus temas preferidos, y tocar esa canción con piano en los shows “representa la conexión con la gente que nos han quitado en los últimos años. Y esa sensación es la que ahora quiere inmortalizar, la misma que siente cuando pisa sus calas preferidas en el Empordà: “La mejor manera de tener los pies en el suelo, volver a los orígenes y que la locura que hay a mi alrededor se difumine por unos días. Y ahí aparece...la magia”. Se lo prometí.c
Samantha Fox (56), uno de los mitos sexuales de finales de los ochenta, se ha casado con la mujer que ha sido su pareja desde el 2016, Linda Olsen (46), en la localidad de Loughton, en el condado de Essex (Inglaterra).
La intérprete de hits como Touch me o Nothing’s gonna stop me now y exconcursante del Gran Hermano Celebrity inglés y su ya esposa se han dado un “sí, quiero” muy esperado desde que se comprometieron en febrero
Edel 2020 y que tuvieron que aplazar por culpa de la pandemia.
Olsen, que nació en Noruega, tiene dos hijos de una relación anterior. El mayor, Adam, vive con ellas, mientras que el menor, Noah, reside en el país nórdico. Ambas se conocieron en un concierto de Fox, de la que Olsen era fan desde siempre.
La también actriz vivió un sonoro y fugaz romance con el torero Rafa Camino –“es el chico más guapo que he visto en mi vida”, decía entonces– y en el 2003 revelaba su homosexualidad anunciando que era pareja de su mánager, Myra Stratton. “La gente
El cantante, un enamorado de la Costa Brava, estará en Sitges, Roses y el teatro Coliseum
Día de boda. dice que soy lesbiana... No sé lo que soy. Lo único que sé es que amo a Myra por completo y quiero pasar el resto de mi vida con ella”, explicó. Estuvieron juntas hasta que esta murió de un cáncer en el 2015.
La artista también desveló recientemente que debía pasar por el quirófano por un pequeño bulto en la garganta. “Cuando lo vi me asusté mucho y pensé que podía ser un tumor en las cuerdas vocales”, relataba a The Sun.
Fox llegó al hotel King’s Oak, donde se celebró la ceremonia, en un Bentley blanco adornado con flores, cintas rosas y una matrícula que decía: “Sam y Linda se casan, el 18 de junio del 2022”. La cantante eligió un vestido con falda asimétrica, cuerpo corsé con un gran escote de lentejuelas y sandalias plateadas. Su pareja lució un modelo con encaje bordado de color marfil. Ambas llevaban velo.
La música fue la tercera protagonista de la boda, ya que actuaron nada menos que dos ganadores del Festival de Eurovisión. Por un lado Katharina Leskanich, de la banda angloestadounidense Katrina and the Waves (Love shine a light), y por el otro los noruegos Elisabeth Andreassen y Hanne Krogh del grupo Bobbysocks (La det swinge).c