Tocan nuestra canción
Se cuelga?
De una barra horizontal, cinco minutos cada mañana, y también cada tarde: la empuño a dos manos y dejo colgar mi cuerpo.
¿Con qué fin?
Sanar mi columna vertebral, separando vértebras.
¿Y se sienta en cuclillas, me dice?
Es la postura natural de reposo en la especie humana. Que el fémur quede más alto que la cadera.
En ángulo de más de noventa grados.
Así activas intestinos, circulación, articulaciones de cadera y piernas.
Lo probaré.
Me lo agradecerás. ¡La silla mata! En cuclillas, con un ordenador en un atril en el suelo, he escrito este libro.
¿De qué va este libro suyo?
De la música que gustaba a celebridades de la historia. Coincido con ellas en varias.
¿Por ejemplo?
El refugio musical de Victoria de los Ángeles era el Adagietto de la quinta sinfonía de Mahler: reproduce un suspiro.
¿Con quién más coincide?
Con Hitler.
No admitía en público que escuchaba sinfonías para violín del ruso Chaikovski.
¿Por qué ocultaba ese detalle?
Porque Hitler consideraba a los eslavos como infrahumanos, como a los judíos había que matarlos. Hitler escuchaba en secreto piezas del eslavo y homosexual Chaikovski tocadas por un violinista judío.
Todo extremista es un hipócrita.
Stalin tenía los mismos gustos, ¡ya ve! También le gustaba la canción Suliko , que hoy sigue tocando el ejército ruso.
¿A Putin, su jefe, qué música le gusta?
Le pirra Blueberry hill, ¡una canción tan yanqui! Putin tiene complejo de cateto oriental, él aspira a yanqui.
¿Hasta entrar en la OTAN?
Sí, con Fats Domino y Louis Armstrong.
¿Y Zelenski, qué?
Es más ruso que Putin, le gusta la música rusa populachera tipo kazachok.
¿Qué me dice del dictador Franco?
Aélya la Collares les encantaba Juanita Reina, especialmente la peor de su canciones, Los churumbeles.
La melomanía de Máximo Pradera le lleva a escuchar música cada día, y a escribir sobre música sin cesar. Trufa nuestra conversación con recomendaciones musicales, algunas de canciones que acaba de redescubrir, como la clásica Both sides now de Joni Mitchell cantada ahora por un tal Luke Sital-Singh: “¡Es una versión insuperable!”. La escucho, y le doy la razón. Confío en su criterio y leo Están tocando nuestra canción (Libros del Kultrum), estudio sobre temas musicales estupendos con la excusa de jugosas y documentadas anécdotas sobre relevantes personalidades históricas que los escucharon con deleite. Subtitula su libro La madre de todas las playlists y él elabora las suyas: sobre cada mención hay en la página un código QR para enlazarla rápidamente mediante el móvil.
¿Coincidiría en algún gusto con él?
En la habanera de la ópera Marina , de Arrieta: él cantaría aflautado, yo bien.
A él le gustaría el
Parte de la letra la compuso mi abuelo.
Rafael Sánchez Mazas.
Cuarto carnet de Falange, Franco le echó del Consejo de Ministros por absentista. Trabajar no le iba. Le recuerdo en la cama.
¿Le trató?
De niño le visitábamos y a los nietos nos daba monedas. Su sentido del humor le salvaba y se llevó bien con mi padre, pese a estar en las antípodas ideológicas.
¿Ha heredado usted aquel humor?
No, el de mi madre: consiste en abrir la boca para tocar los huevos, es inevitable.
¿Y la música?
De jovencito aprendí a tocar el laúd y la vihuela e hice giras con el gran Eduardo Paniagua y su grupo Musica Antigua.
¿Qué le tocaría a la reina Isabel II?
Le chiflan dos canciones de los años cuarenta, The white cliffs of Dover y We’ll meet again, por Vera Lynn. Ah, y las melodías que un gaitero le brinda cada noche.
¿Un gaitero?
Entra en el comedor de Balmoral a los postres y da dos vueltas tocando la gaita.
Queda mucho mejor decir que te gusta la música clásica.
Sí, te blanquea más eso que decir que te gusta Mari Trini, ¡que a mí me gusta! En septiembre colgaré en Audible una historia de la música, y creo que ya tengo título.
¿Me lo sopla? Cara al sol.
“Viva la música clásica, joder”.
¿Metería ahí a Frank Sinatra?
A Frank Sinatra le reprocho que confesara públicamente que odiaba Strangers in the night, canción emblemática suya y maravillosa en mis oídos: ¡no me la enturbies diciendo que la cantas a disgusto!
¿Qué piezas musicales incluye usted en su propia
He subido Can she excuse my wrongs? ,de John Dowland... Está también Afro Tambú, de mi tío Chicho Sánchez Ferlosio, que es un sentido canto a Afrodita: ¡la escucho siempre que me enamoro!
Más canciones.
Alguna de Paul McCartney, el tercer mayor genio musical del Reino Unido tras Händel y Purcell.
playlist? ¿Con qué canción abriría la lista?
Many rivers to cross, de Jimmy Cliff. ¡Se me pone la piel de gallina!
¿Y con cuál la cerraría?
Con la misma, oiga, esa canción no está nada mal para decirle adiós a todo esto. Yo estoy ya en fase de recogida.