FIN DE CURSO CON PROBLEMAS PARA SEPTIEMBRE
● Cambray: es un “año difícil” por la pandemia, el cansancio y la “injerencia” del TSJC ● Los directores preparan una protesta exigiendo a Educació más rigor y planificación ● Críticas de los sindicatos: quedan por resolver las tardes de septiembre y lo
El año escolar acabó ayer y las lágrimas de despedida se reprodujeron una vez más, como muestra la foto tomada ante el colegio Mary Ward de Barcelona. El curso finaliza sin resolver el conflicto que mantienen profesores y Generalitat con relación al calendario escolar y otras reivindicaciones laborales. Por ello, la vuelta al colegio de septiembre se prevé polémica.
Termina el curso escolar 2021-2022. El más tormentoso de los tres años de la pandemia, sin que las descargas eléctricas se deban solo al impacto del virus en las escuelas. Mientras los niños recogen sus mochilas ya empiezan a verse los destellos de los primeros relámpagos que anuncian la tormenta de septiembre. Las direcciones de centros educativos se concentrarán la próxima semana frente a la sede del Departament d’Educació para exigir que el conseller planifique “con rigurosidad” y con “decisiones compartidas y consensuadas”. Los sindicatos están preparando su calendario de protestas, después de nueve días de huelga esta primavera, que no han desembocado en ningún acuerdo.
El conseller Josep GonzàlezCambray hizo balance ayer sin atisbo de autocrítica aunque admitió que ha sido un curso “difícil”, pero debido a la covid y a las injerencias de los tribunales. “No nos acordamos pero en enero, en la sexta ola, se gestionaron unas 10.000 sustituciones de profesores”. Las direcciones y el profesorado, continuó, están cansados, y eso es, a su juicio, comprensible, y también causa “efectos emocionales que perduran” en los docentes. El conseller obvió lo que sucedió a partir de febrero, cuando aún la sexta ola no se había extinguido y se anunciaba por sorpresa un cambio de calendario. La reacción de rechazo fue inmediata, abonada por los continuas instrucciones y formaciones que el nuevo equipo del conseller planteaba a los centros. En estos cuatro meses se ha producido una reacción sin precedentes.
El curso 2022-2023 no será tranquilo tampoco. Y no solo porque no se han solucionado las quejas –organizativas, pedagógicas y profesionales– de los directores ni las de los sindicatos. O los retos pendientes, como los currículos que los maestros deben adaptar ahora a “su librillo”. “Vendrán nuevas transformaciones educativas”, anunció ayer el conseller enigmáticamente. Las novedades previstas se incorporarán en este contexto.
Calendario
Las escuelas de ocio no han encontrado suficientes monitores para cubrir las tardes de septiembre de infantil y primaria, que no serán lectivas para poder adelantar el calendario escolar cinco días, la medida estrella de Cambray, que generó la petición de una moratoria de un año por parte de familias, profesores y pedagogos, que el conseller rechazó. Se descartaron como alternativa las actividades de refuerzo escolar o de ocio educativo mediante subvención.
Educació pidió una partida fuera de su presupuesto –12 millones– para financiar el coste de una hora de monitor en colegios públicos y concertados. Los colegios deben garantizar a las familias un “ocio educativo”, no un “parking”. Las empresas están buscando monitores y una bolsa de sustitutos, por si estos fallan. Los directores asumen que, sin que entren en sus
condiciones laborales, tendrán que quedarse para cerrar el centro (los conserjes estarán ausentes) y atender las posibles incidencias. En muchos centros, el avance del curso ha supuesto programar reuniones del claustro en julio y pedir a los docentes nuevos que se sumen, lo que ha generado malestar sindical. Y ha afectado los cursos de formación que habían preparado las organizaciones de maestros.
Currículos
Los nuevos currículos de la Lomloe empiezan a aplicarse en los cursos impares a partir del próximo septiembre. Tanto el Gobierno, que publicó su parte muy tarde, como el Govern, creen que debe ir aplicándose “progresivamente”. Cambray habla abiertamente de tres años. Los docentes piden tiempo para prepararlos, reflexionar y coordinarse. Justo el martes el Consell Escolar avaló el documento de Educació, sin apenas debatirlo. El decreto final no se publicará, por los plazos de los trámites, hasta septiembre u octubre, una vez empezado el curso. Esto inquieta especialmente en bachillerato.
Preinscripción escolar
El Govern garantizará la gratuidad para las familias de los niños de dos años (P2) en la escuela pública y subvencionará a las privadas. En P3 no se han reducido las ratios (siguen establecidas en 25 niños por aula) pero se ha establecido un criterio numérico por el que las aulas de la pública, y las de las concertadas que se sumen, a 22 o 20 alumnos. En aquellas zonas educativas con mayor presión demográfica no ha podido garantizarse. Educació ha pasado a la pública dos escuelas concertadas: Projecte (Sarrià-Sant Gervasi) y la Academia de la Cultura (l’Hospitalet de Llobregat). Cierran, si no hay un acuerdo de última hora, dos centros singulares en Barcelona (El Brot y Mary Ward). En el proceso de preinscripción han emergido un 17% de de alumnos vulnerables (van con acompañamiento económico) que han sido distribuidos en el sistema. La concertada lamenta la forma en que se ha realizado.
El catalán
Las escuelas están a la espera de la última instrucción del conseller respecto a sus proyectos lingüísticos después de haber entregado el formulario sobre el estado de actualización de los mismos. La sentencia del 25% de castellano dictada por el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) en noviembre del 2020 no está resuelta. Ayer, se presentó el informe del consejo lingüístico asesor de Cambray que propugna el “carácter compensatorio” del catalán en la escuela frente al uso social del castellano. El conseller dijo que enviaría a finales de mes instrucciones más concretas, pues no se recogían en las orientaciones a los centros para el próximo curso.c