La reanudación del diálogo con el Gobierno tensa las costuras del Govern
Junts sale en tromba a criticar la próxima reunión entre Aragonès y Sánchez
El anuncio de que se reabre el diálogo entre el Gobierno central y el de la Generalitat ha bastado para abrir un nuevo frente entre los dos socios del Ejecutivo que preside Pere Aragonès.
Los consellers y líderes de Junts salieron ayer en tromba a cuestionar la cita y lo que se pretende con ella: alentar una negociación congelada entre los dos gobiernos desde hace meses después de que se conocieran los detalles del espionaje a líderes independentistas y, en particular, al propio president cuando aún no ocupaba este cargo.
En Junts, además, escoció especialmente haberse enterado por los medios de comunicación de los temas abordados durante la reunión en la Moncloa de la consellera de la Presidència, Laura Vilagra, y del ministro Félix Bolaños. Así lo denunciaron el vicepresidente del Govern, Jordi Puigneró, y el conseller de Economia, Jaume Giró, que lamentaron que Aragonès haya decidido, de manera “unilateral”, reprender el diálogo con Sánchez sin merecerlo porque, “no solo no ha habido ni explicaciones ni dimisiones” por el Catalangate, “sino que tampoco se ha detenido la ofensiva contra el catalán”.
El vicepresidente catalán prometió pedir “explicaciones” a Aragonès sobre la reunión prevista con Sánchez, y mostró claramente la apuesta política de su partido respecto a la mesa de diálogo: “Con el PSOE son necesarias menos reuniones y más hacerle perder votaciones en el Congreso” porque “desgraciadamente es el único diálogo que entiende Sánchez”.
A las palabras de Puigneró, respondió desde Suiza la secretaria general de ERC, Marta Rovira quien aseguró que Junts “había votado el 60% a favor de las iniciativas del Gobierno, mientras que Esquerra el 70%. “Las que hay de diferencia diría que Junts no las ha votado porque les parece demasiado progresistas”, dijo.
Las declaraciones de Puigneró se produjeron después de celebrarse una reunión de urgencia de la ejecutiva del partido que, según El Nacional, concluyó sin una decisión concreta, pero en la que estuvo muy presente la crítica lanzada ya por el expresidente Carles Puigdemont a través de las redes sociales.
Puigdemont cargó contra la reanudación del diálogo “sin fijar condiciones previas”, y tras acusar a jueces, policías y periodistas de urdir un complot contra el independentismo, lamentó que la parte republicana del Govern siguiera apostando por un diálogo que a su juicio “no sirve de nada”, sobre todo sin que haya unidad en el independentismo.
ERC, de boca de la consellera Vilagrà, y del conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, también, replicó los reproches de Junts: “Nos votan para ser útiles”, señaló Vilagrà, que defendió la nueva oportunidad para encontrar soluciones a la “represión”.
Pero las críticas de Junts no esconden las tensiones internas que también les genera este asunto. El partido evidencia una polarización a raíz de la ponencia política aprobada en el congreso, que incluye la posibilidad de abandonar
El vicepresidente Puigneró reclama “menos reuniones y más hacer perder votaciones al PSOE”
el Govern tras auditar el pacto de coalición con ERC.
Con este nuevo choque, de poco parece haber servido la reunión que el pasado lunes mantuvieron la plana mayor de ERC y de JxCat en la Casa dels Canonges, la primera desde los cambios de liderazgo en Junts.c