La Vanguardia (1ª edición)

Fin del derecho al aborto en EE.UU.

El Supremo finiquita 49 años de protección y alienta duras prohibicio­nes estatales

- Fe)nando Ga)cía JAshiEgtoE. CorrespoEs­al

El Supremo de Estados Unidos puso ayer fin a 49 años de ejercicio del derecho al aborto en el país. Tal como se filtró a primeros de mayo con la publicació­n de un borrador aprobado por cinco de los seis magistrado­s que forman la mayoría conservado­ra, el alto tribunal ha optado por anular la sentencia con la que el propio órgano lo garantizó en 1973: la resolución del caso Roe vs. Wade, que desde entonces actuaba como una ley.

“Sostenemos que Roe deben ser anulado. La Constituci­ón no hace referencia al aborto, y tal derecho no está protegido implícitam­ente por ninguna disposició­n constituci­onal”, dictaminó el tribunal. La corte restaura la capacidad de los estados para aprobar leyes que lo prohíban.

El fallo fulmina el derecho al aborto a raíz de un pleito sobre una ley de Misisipi respaldada por los republican­os que prohíbe el aborto después de las 15 primeras semanas de gestación. La resolución confirma esa ley pero obviamente va mucho más allá.

La votación para anular la doctrina Roe vs. Wade resultó en un 5 a 4 entre conservado­res y progresist­as. El presidente del tribunal, el también conservado­r John Roberts, emitió un voto particular para indicar que defendía la ley de Misisipi pero no era partidario de eliminar por completo el precedente de Roe, y por tanto el derecho al aborto.

La anulación de los derechos reproducti­vos en Estados Unidos choca con la opinión mayoritari­a de sus ciudadanos al respecto: según una encuesta de mayo pasado a cargo de la radio y la televisión públicas de EE.UU. (NPR y PBS) con la encuestado­ra Marist

Poll, el 64% de los estadounid­enses defendía la continuida­d de la norma Roe, frente a un 33% partidario de que el Supremo la anulara: un respaldo que se mantenía desde hacía largos años pero que no siempre se reflejó en las votaciones.

Veintiséis estados del país tiene aprobadas o en preparació­n otras tantas normativas de prohibició­n del aborto. Trece de ellas son leyes gatillo ode activación para vetar el derecho una vez el Supremo ha abierto la veda con su sentencia de hoy.

Misuri se convirtió ayer mismo en el primer estado en lanzar una de esas leyes. El gobernador de ese territorio del medio oeste norteameri­cano, el republican­o Mike Parson, firmó una normativa estatal que prohíbe a los médicos y personal sanitario practicar abortos a menos que surja una emergencia médica. Fuera de esa excepción, cualquier persona que realice o induzca un aborto se expondrá a penas de cinco a diez años de prisión. La ley prohíbe no obstante la persecució­n y enjuiciami­ento de las mujeres que abortan. Y hay un pleito pendiente que mantiene la entrada en vigor en suspenso, aclaró Parson. De los otros 25 estados que se disponen a hacer lo mismo que el de Misuri, doce tienen ya aprobadas y listas para su aplicación más o menos inmediata leyes de activación para prohibir el aborto en sus territorio­s. Son Arkansas, Idaho, Kentucky, Luisiana, Misisipi, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Oklahoma, Tennessee, Texas, Utah y Wyoming.

Misuri lanzó la primera de 26 leyes estatales previstas para castigar el aborto, en este caso de 5 a 15 años de cárcel

“No se podrá prohibir que una residente en un estado que prohíbe el aborto vaya a hacérselo en otro donde es legal”

El texto de activación más duro es el ya aprobado por Texas para convertir el aborto en un delito grave de primer grado, punible con duras penas de prisión para los doctores que lo practiquen. Si no se corrigiera o frenara, esta norma entraría en vigor en treinta días (a contar desde ayer como fecha de la resolución del Supremo).

Esa ley gatillo de Texas se suma a la que el Parlamento estatal ya aprobó en septiembre con prohibició­n de la interrupci­ón del embarazo a partir de las seis semanas y recompensa de 10.000 dólares para los ciudadanos que denuncien a las mujeres que vulneren tal restricció­n o a cualquiera que las ayude.

El juez Brett Kavanaugh, uno de los miembros conservado­res de la corte que impusieron el fin del derecho, aclaró en un voto concurrent­e que, a su juicio, los estados que prohíban el aborto no pueden impedir que las gestantes allí residentes viajen a otros estados donde la práctica es legal para poder interrumpi­r su embarazo. Kavanaugh invocó al respecto el derecho constituci­onal a los viajes interestat­ales. La aclaración puede ser crucial en el futuro. El mismo juez precisó además que no cree que un estado pueda imponer responsabi­lidad o castigo retroactiv­amente por un aborto que tuvo lugar antes del fallo de ayer de la corte.

Nada más conocerse la sentencia, cientos de manifestan­tes a favor y en contra del derecho al aborto se concentrar­on ante el Supremo.n

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OLI I O LI El fallo del Supremo provocó protestas, celebracio­nes y llantos a las puertas del tribunal, en este caso de una partidaria del derecho abolido

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