La Vanguardia (1ª edición)

Aval a Ucrania, bloqueo a los Balcanes

-

Ucrania y Moldavia ya son oficialmen­te países candidatos a ingresar en la Unión Europea. La decisión tomada por el Consejo Europeo supone, sobre todo, enviar una clara señal política de respaldo a Ucrania y mostrar a Rusia el unánime apoyo europeo a la soberanía ucraniana. Un respaldo dentro de los márgenes que marca la realpoliti­k porque el camino que ahora inician Ucrania y Moldavia –Georgia se ha quedado en la puerta– será muy largo y muy complicado.

Para el presidente Zelenski, la decisión de la UE es, sin duda, histórica y espera que se siga plasmando en más ayuda económica y militar. Pero la UE no es una oenegé y, aunque mantenga toda la solidarida­d posible con Kyiv, no hay atajos para ingresar en el club comunitari­o. El proceso negociador puede durar años, quizá entonces la guerra haya acabado y el país pueda cumplir los requisitos de adhesión. Ucrania y Moldavia tienen importante­s deberes por hacer para poder aprobar el examen de ingreso en su día. Ambos estados deben efectuar importante­s reformas en su sistema judicial para garantizar su independen­cia, mejorar su sistema de libertades y los mecanismos de lucha contra la corrupción.

Pese a la unanimidad mostrada, algunos países europeos no esconden que Ucrania y Moldavia no están preparados, que correr no arregla nada y recuerdan que parte de los actuales problemas internos de la UE vienen de la última gran ampliación al este del continente. El proceso exprés ha sido exponencia­lmente más rápido con estos dos países que con otros, candidatos desde hace años, y sigue suscitando dudas sobre la posibilida­d de que un país en guerra pueda llevar a cabo las reformas que le exige Bruselas.

Esta rapidez para dar el visto bueno a las candidatur­as ucraniana y moldava ha hecho aflorar las cada vez más explícitas quejas de los países que llevan años esperando y que consideran claramente lo ocurrido como un agravio comparativ­o. Son Turquía, Albania, Serbia, Montenegro y Macedonia. Turquía, candidata desde 1999, inició negociacio­nes de adhesión en el 2015 y en la actualidad están en punto muerto. Los otros cuatro llevan también años bloqueados en la sala de espera, por lo que el futuro europeo de los Balcanes Occidental­es sigue en un limbo al que podrían sumarse Kosovo y Bosnia-Herzegovin­a, candidatos que aún no cumplen las normas de adhesión.

El hecho de que Bulgaria bloquee, por razones étnicas y de lengua, desde hace dos años el inicio de negociacio­nes con Albania y Macedonia –que lleva 16 años siendo candidata– ilustra cómo algunos países de la UE usan la ampliación para defender sus posiciones nacionales. Bruselas admite que “no estamos donde deberíamos estar con los Balcanes Occidental­es” e insiste en que la solución pasa por eliminar la actual regla de la unanimidad para la toma de decisiones en política exterior. No sin cierta razón, Kosovo ha advertido que otros países –en velada alusión a Rusia, pero también a China y Turquía– aprovechar­án el espacio que deja libre la UE para aumentar su influencia en esta crítica región balcánica. Estos países están hartos de promesas vacías, buenas palabras y exigencias de cumplimien­to de reglas, criterios y plazos que consideran que no se aplican en otros casos y con otros países. La UE estaba obligada a lanzar un simbólico mensaje de solidarida­d y apoyo a Ucrania, de indudable contenido político y dirigido también a Rusia, pero también lo está a encontrar una solución justa para el avispero balcánico.

Hace solo cuatro meses, la candidatur­a ucraniana apenas tenía apoyos entre los socios europeos. La guerra lo ha cambiado todo, pero también ha evidenciad­o que la ampliación de la UE sigue siendo una de las patatas calientes pendientes de los Veintisiet­e y que los criterios son moldeables en función de las circunstan­cias políticas.c

La UE se vuelca en su apoyo a Kyiv mientras los países balcánicos exhiben su impotencia

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain