Una década de guerra mediática
La familia planta cara a Rocío Carrasco tras el estreno de su nueva serie
Ni un emisario para la paz de las Naciones Unidas parece ahora mismo capacitado para frenar la guerra familiar abierta desde hace más de una década entre Rocío Carrasco y su familia más mediática. El punto de inflexión fue la muerte, en el 2006, de Rocío Jurado y una tensa lectura de testamento que empezó a atisbar unas diferencias que, a día de hoy, parecen cada vez más insalvables. A pesar de la tensión familiar evidente, que ya había quedado patente durante el tratamiento que La más grande se hizo en Houston para luchar contra su cáncer, apareció un espejismo de concordia durante los años posteriores al fallecimiento de la intérprete. Rocío Carrasco posaba, por ejemplo, feliz junto a su prima Rosario Mohedano el día de la boda de esta, y también acudió al bautizo de su hija. Hablamos del 2012. Pero todo se fue al traste.
El acercamiento de los Mohedano a la figura de Antonio David, ex de Rocío Carrasco, para
José Ortega Cano. tener relación con los hijos de la pareja, Rocío y David Flores, fue el detonante para que la hija de Rocío Jurado decidiera romper definitivamente y unilateralmente cualquier relación existente con su familia mediática: sus tíos Amador y Gloria, sus hermanos Gloria Camila y José Fernando, y el torero José Ortega Cano, última pareja de su madre. Como dice la canción, Carrasco tuvo claro en ese momena to que ya nada volvería ser como antes.
Las grietas se han acentuado en los últimos días después de que la hija de Rocío Jurado estrenara una segunda docuserie, En el nombre de Rocío ,enlaqueexplica su versión de los hechos y el por qué de ese alejamiento con su familia. En su testimonio, Carrasco se refiere a ellos como una “jauría” que quiso aprovecharse
Gloria Camila de su madre, algo que no ha sentado nada bien, especialmente en la familia Mohedano, que ya ha salido a la palestra pública para mostrar su enfado. Amador Mohedano, hermano de Jurado y uno de los principales señalados en la docuserie por, según su sobrina, la incapacidad por gestionar la carrera de su madre, no se ha mordido la lengua: “A Rocío nunca le importó la carrera de su madre”. Y no se quedó ahí: “A nosotros nadie nos dice qué decir porque nadie nos maneja. Hay cosas que me las esperaba, pero la verdad es que estoy alucinando porque veo un odio y un rencor grandísimo”, aseguró en el
REredera universal. programa Viva la vida. En el mismo programa se despachaba a gusto la pasada semana Raquel Mosquera, que se casó con el padre de Rocío en agosto de 1996. “Fue un tremendo error”, aseguraba Carrasco en la primera docuserie. En esta segunda fue más allá al decir que su padre murió enamorado de Rocío Jurado. “Rocío Carrasco, que Dios te perpero done, le va a costar”, manifestaba la peluquera, que tiró en cara a Rocío “hablar en nombre de un muerto”. El clímax de su
La inauguración en Chipiona la próxima semana del museo Rocío Jurado, un nuevo capítulo crudo de una batalla cada vez más feroz
Raquel Mosquera.