La Vanguardia (1ª edición)

De Mauri a la Veneno

La diversidad sexual en la ficción televisiva española: cómo ha cambiado la representa­ción LGTBI+ desde principios de siglo

- BEATRIZ SoLIVELLAS

Cuando llegó el siglo XXI, apenas había personajes del colectivo LGTBI+ en la ficción televisiva española. Desde entonces se ha producido una notable transforma­ción siguiendo los pasos de la misma sociedad, que cada año celebra de forma más multitudin­aria el día internacio­nal del Orgullo (28 de junio). ¿Cómo ha cambiado la representa­ción de este colectivo en las últimas dos décadas?

Hay coincidenc­ia en marcar como punto de inflexión la irrupción en el 2003 de la pareja formada por Mauri (Luis Merlo) y Fernando (Adrià Collado) en Aquí no hay quien viva. A pesar de que aún se jugaba con los estereotip­os, su trama en la serie era igual de compleja que la de sus vecinos heterosexu­ales de la calle Desengaño 21, lo cual constituía una novedad.

No obstante, la mayoría de personajes del colectivo LGTBI+ que aparecían en los 2000 se dividían en el binomio gayslesbia­nas: Fer (Javier Calvo) de Física o Química; Diana (Anabel Alonso) de Siete vidas o Fidel (Eduardo Casanovas) de Aída se convirtier­on en referentes para el colectivo. Miriam Guijarro, vocal del festival activista La Culta de FELGTBI+, recuerda que “antes se hacía mucha mofa de la pluma; pero hacían el contrapunt­o con un personaje homófobo y al final la crítica iba para este. Hemos evoluciona­do mucho desde entonces. Las plataforma­s de streaming han ayudado mucho”.

En España se legalizó el matrimonio homosexual en el 2005, con repercusió­n casi inmediata en la ficción: Hospital Central pronto dedicó un capítulo centrado en la boda de Maca (Patricia Vico) y Esther (Fátima Baeza). Hablar de la sexualidad de estos personajes era, en su momento, muy necesario, porque apenas existían referentes. Hoy sigue siendo importante aunque, apunta Guijarro, “actualment­e el propio colectivo está reclamando ya otro tipo de visibilida­d. Tenemos problemas en nuestros trabajos, familias, etcétera, y queremos que también se hable de eso”.

Sobre la bisexualid­ad todavía existe cierto tabú. Merlí, Sapere Aude incluyó el primer protagonis­ta bisexual de la televisión, Pol Rubio (Carlos Cuevas). Su creador, Héctor Lozano, sostiene que “aún hay mucha gente que piensa que la bisexualid­ad no existe o que en realidad es un homosexual encubierto”.

Más puertas se han abierto con la llegada de plataforma­s bajo demanda. La primera serie producida por Netflix en España, Las chicas del cable, hablaba de relaciones poliamoros­as, bisexualid­ad y transexual­idad. También en Élite se han visto representa­das distintos tipos de relaciones afectivo-amorosas. Aunque Guijarro es optimista ante la creciente inclusión de personajes LGTBI+, también percibe cierta hipocresía: “aceptamos personajes del colectivo cuando protagoniz­an historias que no chirrían a

Del 2!!" #l2!2!$ la gente. Por ejemplo, si una serie de Netflix o Atresmedia la protagoniz­a una persona trans, en general no molesta, porque parece que es donde deben estar”. Ahí aparece la exitosa Veneno, creada por Javier Calvo y Javier Ambrossi: la primera serie sobre transexual­es protagoniz­ada por transexual­es.

¿Pero qué hay de los intersexua­les o las personas asexuales? De momento, no existen referentes. En el 2020 apenas existía un 8% de personajes LGTBI+ en las series españolas, en contraste con el más de 90% de personajes cisgénero y heterosexu­ales. Y de estos personajes ninguno era asexual, intersexua­l o no binario, según datos del último informe del Observator­io de la diversidad en los medios audiovisua­les (ODA).c

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 ?? ATRESMEDIA. ?? Arriba, los personajes de Mauri y Fernando en ‘Aquí no hay quien viva’ y abajo un fotograma de ‘Veneno’
ATRESMEDIA. Arriba, los personajes de Mauri y Fernando en ‘Aquí no hay quien viva’ y abajo un fotograma de ‘Veneno’

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