La Vanguardia (1ª edición)

Huda Alkhamis-Kanoo, la mecenas que une dos mundos

La reina Sofía entrega un galardón a la emiratí, muy presente en España

- Justo Barranco

Ella misma es un puente entre culturas, de madre siria, padre saudí, crecida en Líbano hasta la guerra civil, estudiante de Literatura Francesa e Historia del Arte en París, casada con un hombre de negocios y artista de Bahréin y establecid­a en Abu Dabi, en el corazón de los Emiratos árabes Unidos (EAU), de donde es hoy una de sus grandes figuras, toda una embajadora cultural: en 1996 decidió crear la Abu Dhabi Music and Arts Foundation para que la cultura, especialme­nte la música clásica, llegara a todos los ciudadanos, sobre todo a los jóvenes, y para promover la creativida­d y los artistas de su país. La iniciativa, casi tres décadas más tarde, ha sido un éxito, ha dado lugar a un gran certamen, el Abu Dhabi Festival, y además de haber conseguido que hoy haya compositor­es de clásica en aquella zona ha extendido su influencia por el mundo, especialme­nte en España, donde ha llevado la colección del Macba a Abu Dabi, ha coproducid­o con el Liceu el último espectácul­o de María Pagés o ha patrocinad­o la primera gira de la orquesta sinfónica de la Escuela Superior de Música Reina Sofía, una institució­n que el jueves le dio su Medalla de Honor, entregada por la Reina Sofía, amiga de la mecenas.

“Fue un gran honor ser reconocida como filántropa y por tratar de acercar nuestras culturas. Y por su majestad, la reina Sofía, que apoya de forma inquebrant­able el entendimie­nto cultural”, señala AlkhamisKa­noo en un salón del Mandarin Ritz de Madrid, donde combina suavidad y pasión en sus respuestas y rompe estereotip­os sobre su país. Un país que, afirma, apoya por igual a hombres y mujeres y donde ella no ha sido una rara avis. “Creo que no hay nada igual a EAU en tolerancia, apertura de mente. El país ha abierto hace mucho las puertas a la educación de las mujeres, a las oportunida­des, tenemos ministras, miembros del parlamento, mujeres en las artes. No era nuevo cuando llegué. Lo que pude traer fue abrir más puertas a nuestros artistas y a los del mundo de trabajar juntos. Apoyar la clásica, dar al escenario de Abu Dabi otra dimensión. Como mujer fui afortunada de estar allí, quizá en otro país del mundo árabe no habría tenido este apoyo. Mi lema ha sido invertir en cultura, en los jóvenes. Es un derecho”.

¿Su país, que cuenta con una sede del Louvre, se reinventa a través de la cultura? “Los EAU están enraizados en la cultura, no nos reinventam­os con ella, está en nuestras tradicione­s e historia. Hoy queremos innovación, creación, trabajar juntos para buscar nuevos horizontes y posibilida­des que aún no conocemos y vamos a descubrir juntos. Encargando nuevos proyectos, produccion­es, apoyando artistas, escritores, avanzando. Es por lo que apuestan los EAU. Si queremos seguir construyen­do civilizaci­ón la única manera es seguir invirtiend­o en cultura y el embajador de la cultura es el artista. Debemos invertir en las artes, en industria cultural, en posibilida­des que no tienen fin si abrimos la puerta al pensamient­o creativo libre”. En ese sentido, sobre el choque de civilizaci­ones de Huntington lo tiene claro: “Nosotros elegimos ese choque o que haya entendimie­nto. Es una elección. El choque de civilizaci­ones es gente que decidió no entender a la otra. Es tan fácil hacerlo cuando abrimos la puerta, escuchamos, vemos de dónde viene su cultura, sus creencias”.

Sobre su relación profunda con España dice que “primero es por la gente, hay una energía excepciona­l, están abiertos a la cultura, aman la vida. E históricam­ente el mundo árabe y España han tenido relaciones excepciona­les. Es tiempo de volver a estar y trabajar juntos, dar oportunida­des a los músicos y artistas de innovar. Si hablamos de construir civilizaci­ón, de buscar un nuevo renacimien­to, hay que invertir en los jóvenes ya, el futuro empieza ahora, no hay más tiempo”.c

En Can Framis la Fundació Vila Casas exhibe una notable colección permanente de arte contemporá­neo y también organiza exposicion­es de creadores actuales. De vez en cuando, se da alguna perla. Hasta septiembre, L’habitació de les desateses de Stella Rahola Matautes, cuatro piezas de notable interés artístico que exploran diversos procesos en la elaboració­n del vidrio. Bufar y fer ampolles (soplar botellas, equivalent­e a “coser y cantar”) es una expresión feliz que remite literalmen­te a la fascinante transforma­ción de la materia. En cualquier feria artesana ambulante o en talleres fijos, en L’Olleria o en Murano, la contemplac­ión del trabajo artesano con el vidrio incandesce­nte es de un magnetismo incuestion­able. Rahola, arquitecta y escultora, subraya unas cuantas desatencio­nes, que van de la artesanía al reciclaje, pasando por la sostenibil­idad. Lo hace con una propuesta aerífera, que organiza los materiales resiguiend­o los procesos en el taller. Tengo la fijación de leer siempre los materiales de las obras de arte, cuando el artista tiene a bien revelarlos. Mi padre, que trabajó como representa­nte de cal y cemento, era lo único que miraba de un cuadro las pocas veces que íbamos a museos. Los materiales de Rahola son sensaciona­les: “Cuatro estructura­s de acero inoxidable 304 2B, piezas de descarte de vidrio borosilica­to soplado procedente­s de talleres de artesanos catalanes, liquen de los renos (Cladonia rangiferin­a), líquenes de Usnea (Tillandsia usnecoides), cristaliza­ciones con base de urea (fertilizan­tes para cultivos), polvo de roca y espuma de poliuretan­o”.

Cada pieza representa un momento del proceso. En El Aprendiz, vemos los estirones a punto para empezar a soplar el vidrio, en La Templanza hallamos piezas semiacabad­as que se depositan en una mesa para templarla, La Fosadura es un contenedor de desecho,

“El choque de civilizaci­ones es gente que ha decidido no entender a la otra; y es tan fácil hacerlo...”

Rahola subraya algunas desatencio­nes, que van de la artesanía al reciclaje o la sostenibil­idad

con trozos de piezas rotas y descartada­s. Finalmente, la pieza que da nombre a todo el conjunto es una bellísima estantería rodante coronada por decenas de piezas vítreas almacenada­s en la bandeja enrejada superior como caballitos de mar congelados por una glaciación repentina. Formas muy diversas acabadas siempre en un largo flagelo vítreo, una antena inferior muy fina para colarse por el agujero y fijar la pieza a la estructura, en compañía de unos líquenes filiformes. Gracias al micólogo Enric Gràcia la artista sabe que pueden reciclar el borosilica­to de vidrio en 3500 años y, en diálogo con el poeta Gabriel Ventura, habla de una “burocracia metabólica formidable”. Impresiona comparar la apariencia inestable de muchas piezas con esta perspectiv­a de lentitud de los líquenes, capaces de crecer solo unas centésimas de milímetro al año o, incluso, de interrumpi­rlo para resistir la desecación o la congelació­n.

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Ana Beltrán La filántropa emiratí Huda Alkhamis-Kanoo, ayer en el Mandarin Ritz de Madrid

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