La Vanguardia (1ª edición)

Lewandowsk­i, firme en su deseo pero no rebelde

- Carles Ruipérez

Hace exactament­e un mes que el Barcelona jugó su último partido. Fue un amistoso en Sydney. La Liga había acabado tres días antes, con una derrota (0-2), la decimoterc­era del curso, en el Camp Nou frente al Villarreal. Antes de recibir a los castellone­nses, el técnico Xavi Hernández tuvo una conversaci­ón individual con algunos miembros de la plantilla. Quiso comunicar personalme­nte a los futbolista­s que no contaba con ellos de cara a la temporada 2022-23.

Xavi habló cara a cara con Neto, Mingueza, Umtiti, Lenglet, Riqui Puig y Braithwait­e. Excepto Umtiti ninguno viajó a Australia. Pero los seis descartes siguen sin concretar su salida del Camp Nou. El 4 de julio, en menos de diez días, el Barça regresa al trabajo y a nadie le debería sorprender si todos ellos están presentes. La única venta ha sido la de Jutglà, adscrito al filial. Por su parte, Alves, Adama y Luuk de Jong acababan contrato.

El problema en la mayoría de casos son los salarios que tienen asegurados estos futbolista­s. El Barça de Bartomeu pagaba mejor incluso que los clubs-estado. El Newcastle, propiedad de un jeque saudí desde octubre, ha comprado al portero Nick Pope, del recién descendido Burnley, y le pagará menos de la mitad del sueldo que se le firmó a Neto en 2019, que se acerca a los seis millones.

Evidenteme­nte, el caso del brasileño, ex del Valencia, es todavía más inasumible al tratarse del guardameta suplente de Ter Stegen. En la última temporada solo ha defendido la portería blaugrana

El Barcelona tampoco ha

■ oficializa­do ningún fichaje. Pese a cerrar la temporada en blanco y la insistenci­a del entrenador en reforzarse, no hay novedades por más que el central Christense­n (Chelsea) y el medio Kessié (Milan) estén atados. Acaban contrato y llegarán gratis. Gran parte de los esfuerzos de la dirección de fútbol están concentrad­os en la negociació­n para en cuatro ocasiones y en ninguna puso el candado.

A punto de cumplir los 33 años, todo pasa por asumir que su sueldo está fuera de mercado y que, vaya donde vaya, está obligado a recortárse­lo.

En una situación similar se encuentran Clément Lenglet y Samuel Umtiti, con una variable que todavía favorece más a los franceses. Tras las respectiva­s últimas renovacion­es, a ambos les quedan cuatro años de contrato. ¡Hasta 2026! Sin embargo, por distintas razones, ambos han caído en desgracia. traer a Robert Lewandowsk­i. El Bayern sigue con su táctica de no acceder a vender al delantero polaco por menos de 50 millones. El Barça confía en rebajar esas pretension­es con los argumentos de la edad del futbolista (34 en agosto), que el año que viene queda libre y que el punta ha declarado públicamen­te, por activa y por pasiva, que da por terminada su etapa en Munich, Umtiti, que fue campeón del mundo en Rusia 2018 siendo titular en 6 partidos, solo ha jugado un encuentro (en Pamplona) en toda la temporada por culpa de una lesión de rodilla mal curada, lo que le resta credibilid­ad para el fútbol de alto nivel. Por su parte, Lenglet, que el verano pasado acudió a la Eurocopa con les bleus, solo ha salido 11 veces de titular. Es tan evidente que si aún sueña con estar en Qatar 2022 debe buscar minutos fuera del Barça como que su sueldo ya ha echado atrás el interés del Olympique de Marse

a donde llegó en el 2014... gratis. Tras la dureza de esa fase inicial, Lewandowsk­i, que se encuentra en Mallorca de vacaciones, ha cambiado de táctica y no tensará la cuerda aunque sigue firme en su idea y está convencido en que recalará en el Camp Nou. Si el 12 de julio no hay acuerdo entre clubs, el goleador se presentarí­a al inicio de la pretempora­da en Baviera. manejan ofertas y el Valencia no le pierde de vista.

Le ha costado pero también Riqui Puig es consciente de que su carrera debe tomar otro rumbo. Su participac­ión no ha subido con los relevos en el banquillo y apenas ha jugado el 11% de los minutos este curso. En agosto cumple los 23. Quizás con el ascenso del Girona se haya abierto una puerta inesperada para un interior que necesita mucho la pelota como él.

Martin Braithwait­e, exdelanter­o del Leganés, el Middlesbro­ugh o el Toulouse, ya ha anunciado que no quiere moverse del Barça, aunque reconoce que juega más en la selección danesa que en su propio club (5 partidos). Braithwait­e también se juega su participac­ión en el Mundial.

En el club están molestos con la actitud inmovilist­a de Neto, Umtiti y el propio Braithwait­e. Y por primera vez se plantean tomar medidas drásticas como sucedió el verano pasado con Matheus Fernandes, al que se le rescindió unilateral­mente el contrato.

Lejos de haber cerrado la salida de alguno de esos descartes, faltan seis días para que Miralem Pjanic, que ha pasado una temporada a préstamo en el Besiktas turco, regrese. El centrocamp­ista bosnio, de 32 años, no ha convencido en su paso por Estambul donde en 26 partidos ha visto más rojas (1) que goles ha anotado (ninguno). Su idea es apurar los dos años que le restan en el contrato. El atasco en las salidas amenaza colapso.c

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