Ledecky liga su póker de oro
La estadounidense completa su cuarto título en el Mundial de Budapest en los 800 libre, y es el primer nadador que gana una prueba en cinco mundiales seguidos
Sin las sombras australianas de su archienemiga Ariarne Titmus, en su casa, ajena al campeonato, y de Lani Pallister, positivo por covid el jueves, Katie Ledecky no tuvo rival para colgarse el cuarto de los cuatro oros que perseguía en el Mundial de Budapest, esta vez en los 800 libre, su prueba fetiche.
La estadounidense se marcha de Hungría con dos hitos históricos más para su palmarés: siendo la mujer que ha ganado más medallas en la historia de los Mundiales, 21, superando las 20 de Natalie Coughlin y pisando los talones a Ryan Lochte (27) y a Michael Phelps (33); y como el primer nadador de la historia que gana una misma prueba en cinco Mundiales consecutivos (Barcelona 2013, Kazan 2015, Budapest 2017, Gwangju 2019 y ahora).
No había excesivas dudas de que el oro de los 800 en Budapest también acabaría colgando del cuello de Ledecky. En las series eliminatorias del jueves, la estadounidense marcó el mejor registro en 8m17s51, es decir, 7 segundos más veloz que Pallister y que su paisana Leah Smith, que fue la primera que se le acercó en la final. Aunque desfalleció pronto, después de los primeros 50 metros, superada claramente por la australiana Kiah Melverton... que fue la última en clasificarse entre las 8 finalistas y acabó colgándose la plata.
El dominio de Ledecky en los 16 largos fue abrumador. Nadando por la calle 4, en los primeros 150 metros ya sacaba un segundo a Melverton; la renta subió a los dos segundos en los 250, a los 3,2 en los 400... y así progresivamente hasta acumular al final 10 segundos de ventaja sobre la australiana y casi 11 a la tercera, la italiana Simona Quadarella, que se había clasificado con el 7.º mejor crono.
El récord mundial esta vez quedó lejos. Ledecky marcó en la final de Budapest un discreto 8m08s04, muy lejos de su plusmarca de Río 2016 (8m04s79).
Ledecky, de 27 años, con más o menos sombras, sigue siendo la dominadora del fondo en el estilo libre desde que irrumpió como un tsunami en la piscina del Palau Sant Jordi en el Mundial 2013 ganando el mismo póker de oro, con solo 16 años. Actualmente conserva los récords mundiales de los 800 libre, establecido en los Juegos de Río, y de los 1.500 libre desde el 2018.
Aunque es cierto que, con la edad, su dominio va declinando y aparecen depredadoras que cuestionan su hegemonía. En mayo le voló la plusmarca mundial de los 400 libre, arrebatada por la australiana Ariarne Titmus, su gran rival, que le birló también la corona olímpica en esa distancia en Tokio. Cuando todo el mundo esperaba un duelo de altura con la revancha en juego, Titmus se ausentó de Budapest. “No me interesa el Mundial”, justificó la australiana. Prefería prepararse para los Juegos de la Commonwealth...
Las guerreras acuáticas de Miki Oca no tuvieron piedad de Tailandia, cenicienta del waterpolo, a la que atropellaron (2-30) en el último partido de la fase de grupos. Sin embargo, el triunfo de +28 no le sirve para quedar primera de grupo y así evitarse los octavos de final (contra Kazajistán, mañana, 18.30 h) y tener que jugar contra EE.UU. en cuartos.
“Teníamos que ganar por 28 goles a Tailandia por si se producía el empate con Grecia y lo hemos hecho, aunque no nos ha servido para otra cosa. Finalmente somos segundos de grupo y tendremos que jugar los octavos, y si pasamos, enfrentarnos a EE.UU. en cuartos. Tenemos que seguir compitiendo y enfrentarnos ante quien sea si queremos ganar el Mundial”, señaló Miki Oca.
Según la normativa, en caso de empate (Grecia y España acaban con 5 puntos y con +38 en el average), se cuenta la diferencia de goles contra el tercer clasificado (Francia): las de Oca vencieron a las francesas por +10 (8-18) y Grecia ayer lo hizo de 11 (15-4).c
Los 10 segundos con que aventajó a la australiana Kyah Melverson ilustran su superioridad absoluta
EL podio