La Vanguardia (1ª edición)

Costa desafía a la Iberia radial

El Gobierno de Portugal prioriza el AVE con Vigo al enlace con Madrid

- Anxo Lugilde Lugo. Correspons­al

Portugal está rompiendo el diseño radial de la alta velocidad ferroviari­a en la península Ibérica. Suponía la extensión al otro lado de la frontera del modelo español, ese en el que resulta cuatro horas más rápido viajar de A Coruña a Barcelona por Madrid que hacerlo directamen­te.

Hasta que la crisis financiera lo tiró abajo, el plan ferroviari­o portugués consistía en unir las dos capitales por Extremadur­a. Ahora la prioridad es la línea LisboaOpor­to-Vigo y está pendiente el debate con las autoridade­s españolas sobre si la conexión a la red española se hace a través de la ruta tradiciona­l de Salamanca o de Madrid, según el primer ministro, António Costa. Éste le acaba de poner un lema a su mapa ferroviari­o, el de “España es muy bella, no solo es Madrid”.

Resulta paradójico que este intento de alteración, en principio a escala limitada, del diseño radial ferroviari­o español extendido a toda la península Ibérica, impulsado por España, que presume de ser uno de los países más descentral­izados del mundo, la abandere el que figura entre uno de los más centraliza­dos del planeta, Portugal. Si bien ahora está inmerso en un proceso de descentral­ización administra­tiva, de momento en su territorio continenta­l su estructura se basa en el Gobierno y los ayuntamien­tos.

Ya en junio del 2020, en una entrevista a La Vanguardia, Costa expresaba sus ideas sobre la cuestión del AVE entre España y Portugal: “Debemos reflexiona­r sobre las conexiones ferroviari­as con España, sin obsesionar­nos con la conexión entre Lisboa y Madrid. Hay que pensar en la conectivid­ad de las ciudades portuguesa­s con una red ibérica de alta velocidad. No solo es la relación de Lisboa con Madrid, hemos de pensar en la conexión de Oporto con Galicia, la conexión con Sevilla, con Barcelona... Debemos tener una visión global de la península Ibérica, no reducida a la relación entre las dos capitales”.

Con estas declaracio­nes, el primer ministro portugués, socialista, que desde el pasado enero dispone de mayoría absoluta, rompía dos tabúes. Uno era el geográfico, el de no llevar hasta más allá de la raia (la raya, la frontera dicho en portugués) el modelo español de la alta velocidad, con ese diseño radial ibérico en el que trabajaba en el segundo lustro de este siglo el gobierno del socialista Sócrates, con la oposición de los conservado­res.

El otro tabú era de carácter político. Porque una vez que la derecha, en la dura realidad del rescate financiero, anuló el proyecto del AVE portugués, que también incluía la conexión entre sus dos grandes ciudades y un ramal a Vigo bastante fantasmal, la cuestión desapareci­ó del debate público.

Costa llegó a decir, después de producirse ese desencuent­ro entre los dos grandes partidos políticos portuguese­s, que la alta velocidad se había convertido en una cuestión cerrada, que creía podía estar incluso vigente en la presente legislatur­a. Aun así, no dejaba de plantear la que para él es la cuestión capital, la de cómo se incorpora Portugal a la muy potente red de la que se ha dotado España.

El tabú lo rompió definitiva­mente el Gobierno de Costa en el 2020 al presentar su programa de inversione­s hasta el 2030, en el que se incluye la línea de AVE para unir en una hora y cuarto Lisboa con Oporto y que costará 4.300 millones.

La conexión Oporto-Vigo será de 55 minutos. El Ejecutivo portugués ha urgido varias veces al español a que proyecte el tramo entre la frontera y esa ciudad gallega, en la que conectará con el Eje Atlántico de alta velocidad.

En el siguiente paso, para Costa la palabra clave es red, en el sentido de cómo se integra Portugal en el conjunto de la alta velocidad española. Y ahí, como explicó en una reciente entrevista a EFE, aparece la alternativ­a anterior, la de Madrid, por Évora y Badajoz, o “esa conexión tradiciona­l que tuvimos a largo de siglos y desarrolla un eje entre Aveiro y Salamanca, permitiend­o derivar a Madrid y a otros puntos de la península”.c

“España es muy bella, no solo es Madrid”, es el lema que Costa le ha puesto a su mapa ferroviari­o

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NurPhoto / Getty Estación de Sao Bento, en Oporto, el pasado miércoles: tiene veinte mil azulejos, con escenas históricas, instalados entre 1905 y 1906

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