La Vanguardia (1ª edición)

Ciudadanos inicia a la desesperad­a una refundació­n de futuro incierto

Arrimadas propone “cambiarlo todo” para volver a seducir al electorado liberal

- Julio Hu tado

Después del derrumbe de Andalucía, la palabra refundació­n, pese a las reticencia­s de algunos gerifaltes, escépticos ante “esa especie de bálsamo de Fierabrás para curar todos los males”, se abre paso en Ciudadanos como el mantra para reconstrui­r sobre lo poco que queda en pie un partido de centro y liberal que vuelva a captar el interés de los electores.

Inés Arrimadas se ha sacudido los fantasmas del pasado y, admitiendo que ella también estuvo allí, ha señalado los “muchos errores” que llevaron a la perdición a Albert Rivera. “De aquellos polvos, estos lodos”, ha venido a decir en el maratón de entrevista­s en las que ha tratado de afianzarse en un espacio entre el PP y el PSOE cuya necesaria existencia los votantes no ven tan clara como ella.

“Nunca voy a tirar la toalla”, ha repetido estos días una y otra vez la líder de Ciudadanos, que, pese a los “cargos tentadores” que le ha ofrecido el PP desde que se lanzó al abordaje, insiste en llevar la nave naranja a puerto seguro antes de ceder el mando. Si así lo decide la militancia.

Aun así, asume que la marca está “quemada” y propone una “renovación total” para actualizar un proyecto nacido con un ideario y en un contexto distintos. El programa, la organizaci­ón interna, los equipos y hasta el propio nombre serán sometidos a revisión. “Yo quiero que el partido vuelva a ser una herramient­a útil y seductora, eso significa cambiarlo todo”, afirma.

Antes de los cónclaves que esta semana reunirán a las “cabezas pensantes” para discutir nuevas propuestas con las que reactivar el partido, la defensa de la energía nuclear, ante la carestía de los hidrocarbu­ros, y la reforma de las pensiones, por su difícil sostenibil­idad, aparecen como reclamos para reconectar con los jóvenes urbanos.

Por algo ellos fueron los que asumieron con más entusiasmo los postulados tecnocráti­cos y de regeneraci­ón que impulsaron al Podemos de derechas en el que, al amparo del Ibex 35 para compensar la inclinació­n hacia la izquierda de la sociedad española en la anterior crisis económica, se convirtió Ciudadanos a partir del 2015.

“El liberalism­o es por definición complejo”, zanja un dirigente el “debate bizantino” que plantean los que, como el exdiputado en el Parlament Sergio

Sanz, reivindica­n una vuelta a los orígenes socialdemó­cratas. “Si en España hiciera falta un partido liberal, ya se hubiese fundado antes”, explica.

Pero la bisagra sin “dogmatismo­s innecesari­os” que aspiraba a ser aquel Ciudadanos discípulo de la OCDE se ha abierto solo hacia la derecha desde el 2019. “Negociamos muy mal”, reconocen fuentes de la ejecutiva, que lamentan haber dado tanto poder al PP en lugar de facilitar la alternanci­a. Arrimadas, con todo, reitera que el “objetivo común” es colaborar con los populares para “desalojar al sanchismo” de la Moncloa.

Que el mecanismo siga bloqueado hacia la izquierda, por tanto, ya no es achacable a la desmesura de Rivera, que puso en marcha la inexorable decadencia de la formación, muy difícil de revertir por más que se

La paradoja es que la bisagra se abre solo hacia la derecha, con el “sanchismo” como “objetivo común”

La líder asegura que aunque la marca está “quemada”, existe un espacio central entre el PP y el PSOE

 ?? Emilio Nara jo / EFE ?? Inés Arrimadas, junto a Edmundo Bal y José María Espejo, sonríe a Sara Giménez en el Congreso
Emilio Nara jo / EFE Inés Arrimadas, junto a Edmundo Bal y José María Espejo, sonríe a Sara Giménez en el Congreso

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