En el 2010, a pesar de la ya agresiva conducta del Kremlin, la OTAN se refería a Rusia como “socio estratégico”
Ocurre aproximadamente cada diez años, 12 en este caso como cortesía de la pandemia. Los líderes de la OTAN, treinta países actualmente, se citan para evaluar la situación de seguridad en el área transatlántica, definir la estrategia de los años a venir y plasmarla en un documento que debe servir de brújula a la organización.
Es el ejercicio que, desde mañana en una cumbre de tres días de duración, tendrá lugar en Madrid, se embarcarán hacer los líderes de la Alianza Atlántica. La cita, con vocación transformadora, está llamada a materializar el cambio de paradigma que se produjo la madrugada del pasado 24 de febrero con la invasión rusa de Ucrania y el comienzo de una guerra brutal en suelo europeo. El nuevo concepto estratégico de la Alianza, como se denomina oficialmente al documento, se traducirá en más tropas, más armas y, en definitiva, más OTAN.
Históricamente, la actualidad tiene la mala costumbre de dejar desfasadas las reflexiones de los aliados. El reto es afinar al máximo para que el documento en el que se plasmen no quede caduco tan rápidamente como ocurrió con el redactado en 1999 a raíz de los atentados terroristas del 11 de septiembre del 2001, que llevaron a la OTAN a actuar por primera vez fuera de Europa, en Afganistán. También, que en unos años no cause el sonrojo que provoca ahora leer el pactado en el 2010 en Lisboa, donde se definió a Rusia como “socio estratégico”.
Además de mirar al futuro, el documento que salga de la cumbre de Madrid reflexionará sobre las causas de la crisis de seguridad que vive actualmente el continente europeo, que atribuyen en parte a errores a la hora de juzgar las intenciones de Moscú hace una década. “Cada concepto estratégico es hijo de su tiempo. El del 2010 pecó de buenista. Está claro que nos pusimos una venda en los ojos: para entonces ya había ocurrido Abjasia (las tropas rusas invadieron Georgia en el 2008), ya se había producido el ciberataque masivo a Estonia y cuatro años después Rusia se anexionó Crimea”, reflexionan fuentes aliadas, que señalan que todo lo que ocurre ahora deriva de ese “pelillos a la mar” con Rusia del 2010.
La nueva versión del concepto estratégico de la OTAN reflejará el nuevo contexto y lo que se percibe como amenazas o retos emergentes para la seguridad. Rusia pasará de ser definido como un socio a “la amenaza más significativa y directa” para la se