El malestar por la falta de inversiones vuelve a la agenda independentista
Los dos socios del Govern llevarán el asunto al pleno del Parlament con mociones distintas
Uno de los motores del procés en su primera etapa, al margen de la sentencia del Tribunal Constitucional que recortaba el Estatut, fue el malestar económico con el Estado por la falta de inversiones. Cuestiones como el déficit en las infraestructuras y el déficit fiscal vuelven a estar sobre la mesa, sobre todo después de que se conocieran los datos de ejecución presupuestaria del 2021. Catalunya no llegó al 36% frente al 184% de la Comunidad de Madrid, y en el Parlament habrá esta semana dos mociones de los socios del Govern sobre esa cuestión, aunque no van al unísono. Para remediarlo, varios actores piden un mecanismo de compensación al Gobierno central.
Tras unos años con más acento en la reivindicación de derechos civiles y políticos, la libertad de los presos independentistas y el retorno de los expatriados, la economía pide paso sin que las demás carpetas queden al margen.
El diputado de Junts Joan Canadell opina que es un asunto que hay que “poner más sobre la mesa con argumentos”. “La cuestión económica no se ha abordado mucho en estos últimos años, desde el 1-O. ‘¿Qué nos cuesta seguir en España?’, es la pregunta que tenemos que hacer”, señala. “Sabemos que la independencia tiene algunos costes, pero también los tiene seguir en España”, añade.
Canadell pone como ejemplos para esa labor la comisión sobre la deuda histórica que ha impulsado su grupo en el Parlament. “También queremos elaborar un presupuesto sin déficit fiscal. Hay que explicar a la gente cómo serían las cuentas de la Generalitat con los impuestos que pagamos”, añade.
En el borrador de la ponencia política del congreso de JxCat se apuesta por esa comisión “como un instrumento útil e imprescindible para entender hasta qué punto el espolio fiscal daña los intereses materiales de todos los catalanes y tener más datos para preparar una eventual separación de activos y pasivos”.
Por parte de Esquerra, Ernest
Maragall señala que “no es un asunto de la agenda independentista”. “Es la agenda de país y de la gobernación. Cualquier gobierno debería estar indignado. La cifra de este año es más espectacular, pero es una cosa sistemática”, afirma. Además, recuerda que esto “no es muy diferente de lo que se negoció en el 2006 con el Estatut en la disposición adicional tercera”. “La bola se va haciendo grande y se convierte en ignominia. Pero este es un problema de país que afecta a la productividad y a todos los ciudadanos”, añade. “El comportamiento del Estado nos carga de razones para protestar y reivindicar. Pero queremos resolverlo y que no pase, es el mejor servicio al país”, concluye.
La CUP cree que hemos vuelto un poco al 2007, a la manifestación de las infraestructuras. “Hay falta de inversiones y centralismo. Es una realidad. Pero si reivindicamos la independencia, no podemos reproducir los mismos
Años de retraso. esquemas del Estado, y el Govern debería revisar sus políticas. La independencia tiene que servir para cambiar las cosas”, considera Eulàlia Reguant.
A su juicio, el problema no está en que no se hagan inversiones como la del aeropuerto o el cuarto cinturón, sino en las de Rodalies, por ejemplo. Además, Reguant pide que haya inversiones más allá del área metropolitana de Barcelona en materia de infraestructuras y transporte público.c