Señales y normas
Una extraordinaria aventura hacia lo desconocido es la propuesta de El viaje de Lucy, el documental que sigue a una sonda espacial de la NASA que va a estudiar a unos misteriosos asteroides. Liderada por Cathy Olkin y Hal Levison, la misión es la primera que viajará a los troyanos de Júpiter, que constituyen los vestigios del origen del sistema solar.
El documental, que el canal Odisea estrena esta noche a las 22.30 horas, accede al grupo de científicos de Lucy y muestra, desde dentro, cómo una misión espacial de exploración se desarrolla a lo largo de los años, desde los inicios hasta el lanzamiento.
La sonda Lucy sobrevolará seis asteroides en los próximos años y, desde la Tierra, se sabe muy poco sobre ellos porque no se pueden observar bien. Sin embargo, es muy importante para la misión obtener toda la información posible de antemano y ahí es donde entran en juego dos científicos españoles: Javier Licandro y Javier de Cos.
Javier Licandro, coordinador de investigación del IAC (Instituto de Astrofísica
de Canarias), que ha dedicado toda su vida a observar, estudiar y analizar estos asteroides troyanos desde el telescopio más grande del mundo, en La Palma, ahora colabora con la misión Lucy, proporcionando informaciones para que se pueda planificar bien la misión.
Mientras Licandro hace las observaciones desde los potentes telescopios de Canarias, el científico Javier de Cos, director del Ictea (Instituto de Ciencias y Tecnologìas del Espacio de Asturias), lo hace desde Asturias con una observación indirecta, a través de una curiosa técnica que llaman ocultación. Con esto, recaba información esencial sobre Polymele, uno de los asteroides que Lucy visitará. Esta observación fue considerada uno de los doce hitos de la ciencia española en el 2021.
Realizado por la productora Somadrome con la participación de Odisea, la producción está dirigida por la gallega Ruth Chao y ha recibido varios premios, como el World Congress of Science and Factual Producers.c bo una resistencia encarnizada, solo una conquista que no presentó complicaciones. Lo que vino después fue un saqueo dantesco. Bizancio consiguió restablecer su dominio pocas décadas más tarde, pero en medio ya de una decadencia irresistible. Hasta que, en 1453, los turcos otomanos se apoderaron de lo que hoy se denomina Estambul. En el número de julio, ya a la venta, Historia y vida aborda el contexto histórico de esta cuarta cruzada que enfrentó a cristianos contra cristianos.c
Hace unos años estando en Bondi Beach, la principal playa de Sydney, observé como un joven se adentraba en unas aguas embravecidas con su tabla de surf. El deportista no tuvo problemas en superar las primeras olas, sumergiendo la punta de su tabla en los muros de agua. Al poco de estar entre las olas comenzó a hacer señales cruzando los brazos. De repente vi como dos socorristas se lanzaban al agua con sus tablas y en cuestión de segundos llegaron al chaval y le ayudaron a alcanzar la orilla.
Pregunté que había pasado y la respuesta fue interesante. La resaca del océano se llevaba al surfista y éste, en lugar de intentar luchar contra la corriente, lanzó la señal de auxilio y los socorristas le ayudaron. No existe en la Barcelona marinera, la Barcelona playera ningún código de este tipo para que te saquen del agua. Es más, si cruzas los brazos en señal de auxilio seguro que alguien te saluda desde la arena. En Australia aprenden esta señal de socorro en el parvulario.
Hace unos días, en Twitter observé una fotografía en la que se veía un colosal embotellamiento en una autopista alemana. En aquel país cuando una autopista se colapsa, los conductores de la izquierda deben aproximarse al guardarraíl y los de la derecha, al arcén. Los conductores dejan así un pasillo central para que puedan circular los vehículos de emergencia. Estos días de llenos en las playas barcelonesas y embotellamientos monumentales en la A-7, no estaría mal haber aprendido estos protocolos para evitar algunos problemas.
Y hay otras muchas cosas. Los móviles. A usted le llama un amigo o un familiar y la llamada se corta. Su instinto es llamar a esa persona, que en esos momentos está haciendo lo mismo, y el cruce imposibilita la conexión durante unos minutos. En California existe una norma. Si se corta una llamada, la rellamada la hace quien originó el contacto.
En Japón, cuando uno llega a un semáforo tiene que colocarse en el último lugar de la fila de uno que se ha formado a la espera de que la luz verde se autorice el paso. Cuando la onda verde aparece, miles de personas desfilan cruzándose perfectamente ordenadas sin colisiones o tropezones. En nuestra plaza de Catalunya, lo más parecido a Ginza, Shibuya o Shinjuku, miles de personas intentan cruzar la ronda o la calle Pelayo intentando sortear al peatón que se le viene encima.
No estaría mal aprender algunas de estas costumbres, quizá en la escuela, para poder sobrellevar este mundo cada vez más masificado y urbano.c
El documental de Odisea se adentra en la primera misión que viajará a los troyanos de Júpiter