Todos los agresores son hombres
Las mujeres que deciden denunciar una violación bajo sumisión química pueden, en algunos casos, tardar hasta diez años en conseguir una sentencia que condene al agresor. Además, tienen que costearse ese proceso legal que no es fácil ni rápido. De hecho, muchas deciden no llevar a cabo la denuncia por estos motivos, a los que se suma la culpa, la vergüenza y el miedo a no ser creídas.
Ester García, abogada especializada en violencia machista y violencia sexual, lanza un mensaje en relación con los casos bajo sumisión química: “Se transmite un sentimiento de impunidad ante estas violaciones. Pero la realidad es que hay un alto porcentaje de condenas y esto se ha de saber”.
García matiza, eso sí, que la mujer debe estar bien rodeada y preparada para acompañarla en todo el procedimiento judicial. A pesar de que la ley establece la posibilidad de adoptar medidas cautelares preventivas, “en el 98% de los casos con sentencias condenatorias –y penas superiores a seis años– durante todo el proceso es ella la que está sin ninguna orden de protección y el presunto agresor evita la prisión preventiva”. Según la Macroencuesta de violencia contra la mujer 2019, el 80% de las agresiones las cometen conocidos.
El hospital Clínic cada año ■
facilita el número de personas que acuden a su unidad tras sufrir una agresión. Un total de 468 personas, la mayoría mujeres, fueron atendidas en el área de urgencias durante el 2021. Los datos recogidos demuestran que el 90% de las agresiones se cometieron a mujeres y el 10% a hombres con casos relacionados al chemsex
(hombres que tienen sexo con otros hombres y consumen intencionadamente drogas para alargar la actividad sexual). El 100% de los agresores fueron hombres y aproximadamente el 50% eran conocidos de las víctimas. En cuanto a las agresiones facilitadas por drogas, un 30% de los casos presentaban indicios de sumisión química, ya que existen indicadores que se produjeron bajo los efectos del alcohol y/o de otras sustancias. De este porcentaje, un 48% de las agredidas tenían menos de 25 años. De hecho el perfil más numeroso que atienden es el que va de los 16 a los 25.