Serena Williams, ante su Everest
Lancemos nombres del
■ circuito femenino, nombres de otra época: Steffi Graf, Martina Hingis, Jennifer Capriati, Justine Henin, Kim Clijsters, Venus Williams, incluso Arantxa Sánchez Vicario... Añadamos las estrellas contemporáneas. Por ejemplo, figuras como Ashleigh Barty (aquí hay trampa: se ha retirado recientemente), o también Iga Swiatek (el prodigio del presente) y Coco Gauff (el hipotético futuro). ¿Qué vemos? Que un hilo une todos estos nombres:
Serena Williams se ha enfrentado a casi todas ellas. Serena Williams tiene cuarenta años, un hijo y un vacío de doce meses, doce meses sin saltar a la pista (salvo en su precipitado ejercicio de esta semana, su presencia en dobles en Eastbourne, junto a Ons Jabeur), y sin embargo, sigue empecinada en encumbrar su Everest, alcanzar los 24 títulos del Grand Slam y sentarse junto a Margaret Court, el único ser humano que ha llegado a esa cifra: 24. “Nunca me he retirado –contaba
Williams este fin de semana–. Lo que pasa es que necesitaba curarme psicológicamente. No sabía cuándo volvería. No tenía planes, resulta que será aquí”. Wimbledon 2021 había vivido su último partido individual. En primera ronda, se había torcido el tobillo ante Alexandra Sasnovich y había tenido que retirarse. Hundida en el ranking como la 1.204.ª, Wimbledon le ha concedido una wild card: Serena Williams debutará ante la francesa Harmony Tan (113.ª).