La tragedia migratoria abre otra vía de conflicto político para Sánchez
El suceso en la valla tensa la coalición y alza denuncias de la derecha y la izquierda
“El mundo mira hoy a España”, resaltó ayer la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, ante lo que calificó como una “semana clave”, debido a la relevante reunión de la OTAN en Madrid. “El Gobierno quiere que esta cumbre sea un éxito de país, del que todos nos sintamos orgullosos”, resaltó. La Moncloa lleva meses preparando al detalle esta cita, prevista como uno de los grandes hitos de la política internacional y de todo el mandato de Pedro Sánchez, que hoy mismo recibirá como anfitrión del encuentro euroatlántico, y por vez primera de manera oficial, al presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
El nuevo orden geoestratégico global, militar, político, económico y energético desencadenado por la invasión rusa de Ucrania es el marco en el que se inscribe esta trascendental cumbre de la Alianza Atlántica en la capital de España. Pero, en sus prolegómenos, se cruzó en el camino la tragedia humanitaria causada el pasado viernes en la valla de Melilla, donde al menos 23 migrantes subsaharianos perdieron la vida.
El drama humano en la frontera con Marruecos, país con el que el Ejecutivo español quiere evitar enturbiar sus recién recompuestas relaciones diplomáticas –pese a sufrir como consecuencia un grave choque con Argelia–, abre otra vía de conflicto político para Sánchez. El jefe del Ejecutivo se ve de nuevo así ante una seria crisis política sobrevenida, que tensa otra vez las costuras de la coalición gubernamental entre el PSOE y Unidas Podemos y provoca un alud de críticas y demandas de comparecencias, explicaciones y rectificaciones tanto por parte del PP de Alberto Núñez Feijóo como de la mayoría de los aliados de legislatura del Gobierno, como Esquerra o EH Bildu.
El Ejecutivo quiso ayer, en primer lugar, corregir la ausencia de duelo por el fallecimiento de los migrantes en los mensajes que Sánchez trasladó el mismo viernes desde Bruselas, antes de que se tuviera constancia de la tragedia humana ocurrida, y ya el sábado cuando compareció en la Moncloa para anunciar el nuevo plan para combatir la crisis inflacionista, cuando ya se conocía el creciente número de fallecidos en su intento de sortear la valla de Melilla. El propio Sánchez, no obstante, lamentó la perdida de vidas humanas en la entrevista que ayer publicó La Vanguardia.
“Esta realidad y estas imágenes nos conmueven a todos. Habríamos dejado de ser humanos si ante imágenes de estas características no nos conmoviéramos, no se nos encogiera el corazón y el alma”, resaltó ayer la portavoz del Gobierno, que transmitió así el dolor y las condolencias por los fallecidos. Isabel Rodríguez reiteró no obstante los mismos mensajes emitidos por el presidente del Gobierno, en cuanto a responsabilizar de la tragedia a las “mafias internacionales que trafican con seres humanos” y a resaltar la “colaboración” de la gendarmería y las autoridades marroquíes para tratar de contener el asalto a la valla de Melilla. “Juntos estamos velando por proteger nuestra frontera”, señaló la portavoz del Ejecutivo ante lo que calificó como una “agresión” a la frontera española, que advirtió que es también europea. “El Gobierno agradece a las autoridades marroquíes su colaboración en la defensa de nuestras fronteras”.
La comparecencia en la Moncloa posterior al Consejo de Ministros resultó no obstante notablemente incómoda tanto para la portavoz del Ejecutivo, la socialista Isabel Rodríguez, como para la ministra de Igualdad, Irene Montero, debido a la posición crítica de su propia formación política. Pese a que reiteradas preguntas de la prensa se dirigieron a Montero, para conocer su opinión al respecto o si respaldaba la posición fijada por la portavoz, fue Rodríguez quien asumió las respuestas. “Si le parece a la ministra de Igualdad, responderé a todas las cuestiones relacionadas con lo acontecido en la valla de Melilla”, justificó Rodríguez, en su papel de