La disciplina silenciosa, y elocuente, de Podemos

Al contrario que en otras

■ ruedas de prensa de Consejos de Ministros de esta legislatura, ayer sí que hubo presencia de ministros de Unidas Podemos en la Moncloa. La titular de Igualdad, Irene Montero, compareció ante los medios. Pero su participación fue testimonial ya que, una vez explicado el proyecto de ley trans, guardó un inusitado silencio que su rostro evidenció como incómodo. Montero no contestó a ninguna de las cinco preguntas que se le formularon de manera específica para conocer el sentir de la coalición tras el violento episodio registrado el viernes en la frontera de Melilla. Una tras otra, todas las preguntas acabaron siendo respondidas por la ministra portavoz, Isabel Rodríguez (PSOE), para evitar un posible doble discurso del Ejecutivo de coalición tras el primer asalto masivo a la valla registrado en la nueva etapa diplomática abierta por Madrid y Rabat. Aunque Montero fue quien tuvo que pasar el mal trago ante las cámaras, el silencio en Unidas Podemos alcanza casi todas las esferas de la coalición. Entre el lamento del diputado nacional, y secretario del PCE, Enrique Santiago, y la escueta petición para “aclarar lo sucedido” de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, solo desentonó ayer la denuncia de “racismo institucional” que lanzó el diputado y portavoz de Catalunya En Comú, Joan Mena, sobre lo “bien resuelto” con que el presidente Sánchez despachó el pasado sábado lo sucedido. Unidas Podemos ha acatado la disciplina silenciosa sobre Melilla. Aunque los gestos, a veces, acaban diciendo más que las palabras. / Asier Martiarena