Escribir cartas
Lo confieso, yo todavía escribo cartas. También utilizo el correo electrónico y el WhatsApp, cosas muy distintas. Escribir una carta quiere decir una mesa, una silla, un papel y una pluma, y también silencio y soledad, porque escribir una carta a alguien quiere decir estar con aquella persona unos momentos, pues, aunque sea un monólogo, está ahí su presencia conjurada. Es una dimensión diferente de las nuevas tecnologías. Escribir a alguien quiere decir que se quiere estar con aquella persona como sea y eso tiene que ver con los sentimientos, no tan solo con las palabras, y expresar los sentimientos quiere decir intimidad.
La carta puede ser larga, no necesariamente, también un tarjetón donde caben pocas palabras. Lo importante es el tiempo que se dedica y la voluntad de que llegue a la persona a quien se escribe. Y también está la alegría de recibir una carta; se puede leer una y mil veces para luego guardarla en la caja de los tesoros, un tesoro que ha conjurado la distancia, sea poca o mucha, y ha transportado sentimientos explícitos e implícitos entre líneas.
Escribir cartas es rescatar el tiempo de la intimidad, que ahora parece perdida con tanta técnica. Las palabras escritas ahí están enteras, escogidas, aunque la intención de una carta es estar ahí como sea, por unos momentos que necesitan su tiempo. Y luego, la carta ya escrita se envía y ya está. Y no se sabe si tendrá respuesta o agradará, aunque siempre implica una esperanza.
También existe una cierta generosidad en el hecho de escribir una carta a alguien, es como un regalo inesperado y es también un dejar ir, sin exigencias, unas palabras para que el tiempo se las lleve; si tienen o no respuesta tal vez ello resulte secundario, aunque siempre hay una brizna de esperanza. Escoger las palabras escritas también quiere decir cuidar los propios sentimientos y los de la persona a quien van dirigidas.
Frente a la inmediatez del correo electrónico y del WhatsApp, sería bueno, de vez en cuando, encontrar el tiempo y las palabras para escribir una carta y situarnos en la dimensión del silencio y de la calma.c