El congreso decide quedarse en casa pese a las jugosas ofertas de Dubái, París y Munich
No ha habido peor situación para los congresos que la pandemia, pero es en los malos momentos cuando de veras se demuestra una amistad. Fue tras la cancelación del Mobile World Congress (MWC) en el 2020 y las posteriores complicaciones cuando los lazos entre los organizadores del mayor congreso de telefonía móvil y las administraciones implicadas se estrecharon con más fuerza. El trabajo codo con codo –aunque fuera virtual– frente a la adversidad generó unas complicidades que han desembocado en una renovación del contrato para mantenerse en la Fira de Barcelona hasta el 2030.
El consejo de administración de la GSMA ratificó ayer el acuerdo para prorrogar el actual contrato que finaliza en el 2024, dando un horizonte de estabilidad al acontecimiento ferial con más impacto económico que se celebra en Barcelona. Lo hizo pese a que sobre la mesa de los máximos responsables de la patronal de la telefonía móvil se encontraban ofertas económicas muy jugosas por parte de
Dubái, París y Munich. Aun así, los organizadores han apostado por quedarse en la que ha sido la casa del Mobile durante los últimos 15 años, como ese futbolista que rechaza una gran oferta porque sus niños ya van aquí al colegio y la afición le aclama cada vez que salta al terreno de juego.
“Las recientes circunstancias globales han creado algunos de los desafíos más difíciles a los que nos hemos enfrentado con el MWC; ha sido la solidez de nuestro partenariado con las administraciones locales un elemento fundamental para que pudiéramos recuperar el show”,
Hasta el año que viene y mucho más allá.