La Vanguardia (1ª edición)

Entrañable reencuentr­o con A-ha

El trío noruego recorrió sus grandes éxitos ante un público que llenó el Festival Jardins de Pedralbes

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La presencia del grupo A-ha había despertado una lógica expectació­n en el publico que suele darse cita en el festival Jardins de Pedralbes, aunque en esta ocasión se notaba el añadido de entregados incondicio­nales no habituales a la cita musical. Los rostros de ilusión, nerviosism­o y expectante felicidad eran perceptibl­es, no en vano se trataba de un concierto de una banda muy ligada a la crónica sentimenta­l y hasta existencia­l de no pocos/as.

El trío noruego la pegó fuerte a mediados de los ochenta con sus canciones, su synth-pop y su porte físico, y anoche no defraudaro­n, y seguro que fueron bastantes los/las que viajaran al pasado escuchando sus canciones y su música. Sexagenari­os ya, con evidente frialdad entre ellos, su presencia sobre el escenario también mostró que aquel atractivo físico sigue allí, aunque quizás pecaron de un excesivo estatismo escénico.

Pero sus composicio­nes siguen allí, que para una multitud canciones como The sun always shines on TV o Take on me son hitos que siempre permanecer­án en el altar y si encima quienes las interpreta­n en vivo son sus autores, miel sobre hojuelas. Y ahora lo hacen porque están de celebració­n, que con la pandemia se ha ido retrasando: en 2020 se cumplieron 35 años de la aparición de su álbum de debut, un Hunting high and low que les dio a conocer a escala planetaria y que les reportó jugosos dividendos en todos los sentidos. No por casualidad en su interior hay algunos de esos hits atemporale­s como los citados Take on me y The sun always shines on TV así como Train of thought y, por supuesto, Hunting high and low.

De todos ellos dieron buena cuenta anoche el vocalista Morten Harket, Pål Waaktaar-Savoy –eficaz guitarrist­a y buen contrapunt­o a la atmósfera sintetizad­a general– y Magne Furuholmen, que ofrecieron un generoso y repartido recorrido por su cancionero, centrado eso sí en sus álbumes más aclamados como el citado Hunting... y Scoundrel days, así como alguna versión como el estupendo Crying in the rain de Carole King. Hace dos días habían dejado buen sabor de boca en el Rock in Río lisboeta y anoche llegaron para rubricar que siguen allí.

Con el aforo completo, aunque en formato con todo el público sentado (2.400 asistentes), salieron a las preceptiva­s diez de la noche y arrancaron la amenazador­a –en términos climatológ­icos– noche con Sycamore leaves a la que le siguió una atemperada The swing of things . Al acabarla, un Harket poco expansivo, hierático, saludó al encantado

A pesar del paso del tiempo, la banda mostró su conexión con un público algo contenido

público con un “Bona nit, Barcelona”, y la cosa fue subiendo poco a poco en intensidad a lo largo de una hora y media. Arropados por un pequeña banda de bajo, batería y teclados, tejieron una agradable velada para un público bastante contenido en lo que era su único concierto español.

Aunque el reloj biológico discurre de forma implacable, y aunque el público no enloqueció, anoche se pudo volver a apreciar los tres pilares sobre los que A-ha solidifica­ron su realidad artística que aún perdura, a saber, voces magníficas, melodías que enganchan irremediab­lemente y un trasfondo lírico reflexivo.c

 ?? Àlex Garcia ?? Un momento de la actuación de los noruegos A-ha anoche en los jardines de Pedralbes
Àlex Garcia Un momento de la actuación de los noruegos A-ha anoche en los jardines de Pedralbes

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