Las redes sociales avanzan como las estructuras más consultadas para saber qué pasa en el mundo
es extraño que se contagie de una oscuridad, de un nihilismo mayor que el de la obra de 2010. Aunque también es cierto que durante la última década el mundo no sólo ha pasado a ser dominado por plataformas digitales, también se ha ido tiñendo de populismo y ultraderecha.
Y que está en crisis brutal el concepto de noticia. Como nos recuerda el nuevo Digital News Report, del instituto Reuters, en España por primera vez son más quienes desconfían de las noticias (el 39%) que los que confían en ellas (el 32%). La información solo interesa a los mayores de 35 años. Las redes sociales avanzan como las estructuras más consultadas para saber qué pasa en el mundo: el 50% de los usuarios prioriza los algoritmos sobre otros intermediarios, como los diarios en papel o la televisión. En ese contexto, el personaje de la periodista Katrine Fønsmark, que ha sido nombrada directora de informativos de la TV1, solo puede dirigirse hacia el hundimiento. Mientras que Nyborg resiste a la presión y se blinda de autarquía, Fønsmark, que sigue creyendo en la amistad y en la familia, se desmorona psicológicamente tras ser desautorizada por la dirección de la cadena y atacada en Twitter. El brillante guionista Adam Price nos dice que la política, pactando con el diablo, ha logrado reinventarse. Y se pregunta: ¿conseguirá hacerlo el periodismo?