Arroyo, ex número dos de Escrivá, se perfila como presidente del INE
El ex secretario de Estado de Seguridad Social Israel Arroyo es el nombre que suena con más intensidad como posible presidente del Instituto Nacional de Estadística (INE) tras la dimisión el lunes (en teoría por cuestiones personales, pero según diversas fuentes instada por el Gobierno) de Juan Manuel Rodríguez Poo.
Arroyo fue identificado como candidato a presidente el pasado viernes por El Confidencial que adelantó también la salida de Rodríguez Poo por las tensiones misión la semana pasada, el número dos del ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, con quien también trabajó durante la última temporada de su mandato en la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef).
De hecho, es esa vinculación tan cercana a Escrivá la que supone un mayor riesgo para su acceso a la cúpula del INE, después de que ayer todos los partidos políticos y agentes sociales cuestionaran la maniobra del Gobierno como un asalto político a la institución.
La reforma anunciada el lunes por la noche por el Ministerio de Economía implica no solo el cambio en la presidencia del INE, también una remodelación en su metodología de trabajo. Y llega tras una tensión que viene de lejos, pero que se evidenció públicamente el pasado verano a medida que el precio de la luz se fue disparando y el IPC recogía el impacto de esa escalada. Fue entonces cuando se conoció que el INE solo incluía en el cálculo del IPC la tarifa regulada de la luz, la que más sufre el impacto de los mercados, pero no la que tienen la mayoría de los consumidores. El Gobierno se dio un tiempo para ajustar el cálculo, pero casi un año después de la polémica el asunto sigue sin modificarse.
A ese malestar se ha sumado el expresado en las últimas semanas por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el propio Escrivá sobre el cálculo de PIB, que según ambos ministros no estaría reflejando bien la evolución de la economía que apuntan otros indicadores.n