La OTAN saca músculo ante Moscú
Europa se militariza y anuncia el mayor despliegue de tropas desde la guerra fría
“Estamos enviando un claro mensaje a Putin: no vas a ganar”, dice Sánchez al comienzo de la cumbre aliada
La cumbre de Madrid alumbró ayer una nueva OTAN, una nueva Alianza para un mundo nuevo, impredecible, de potencias en abierta competencia y más peligroso, según el análisis de los líderes aliados, que por primera vez desde la guerra fría señala a Rusia como “amenaza directa” para la seguridad transatlántica y evoca sin ambages el desafío estratégico que China plantea para sus intereses y sus valores.
“La guerra de Rusia contra Ucrania ha hecho pedazos la paz y alterado seriamente nuestro entorno de seguridad”, critican los jefes de Estado y de Gobierno de los 30 países de la Alianza Atlántica en el preámbulo de su nuevo concepto estratégico, su hoja de ruta para los próximos diez años. “No podemos descartar la posibilidad de un ataque contra la soberanía e integridad territorial de los aliados”, advierten.
La respuesta de los aliados a este nuevo contexto va a ser movilizar más tropas, más armas, más munición en su flanco este, sacar músculo frente a Moscú para dejar claro al Kremlin que cualquier agresión o ataque de cualquier tipo a un país de la Alianza se considerará un ataque al conjunto de la organización y no quedará sin respuesta.
Europa no solo se militariza sino que se otaniza. La organización militar prepara el mayor despliegue de tropas desde la guerra fría para, en unos meses, tener en alerta más de 300.000 militares, frente a los 40.000 actuales, dispuestos a actuar bajo el mando de la OTAN. “Ahora los países aliados tienen que contribuir con fuerzas a ese nuevo modelo” para hacer realidad el anuncio, tal como dijo el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, que recordó que una parte de las tropas asignadas a proteger el este se quedará en sus países de origen, pero se entrenarán para poder ponerse bajo mando de la OTAN sin dilación.
El principal contribuyente al despliegue de fuerzas de la OTAN será, como de costumbre, Estados Unidos. Desde el comienzo de la guerra de Ucrania, Washington ha enviado 20.000 soldados más a Europa, una cifra que en los próximos meses se elevará hasta 100.000 con refuerzos relevantes como los dos destructores que quiere enviar a Rota, la apertura de un nuevo cuartel general en Polonia para fortalecer la interoperabilidad de sus tropas con la OTAN, otra brigada rotativa en Rumanía, nuevos despliegues rotativos en los estados bálticos, además del refuerzo de las capacidades de defensa aérea en Alemania e Italia.
“Vladímir Putin buscaba la finlandización de Europa”, dijo el presidente estadounidense, Joe Biden, en alusión a la política de neutralidad del país nórdico hacia Rusia. “Lo que va a tener es una otanización de Europa. Es exactamente lo que no quería, pero justamente lo que tenemos que hacer para garantizar la seguridad de Europa”, sentenció. “Estamos enviando un claro mensaje a Putin: no vas a ganar”, resumió el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.
El concepto estratégico de Madrid reafirma la vigencia de la organización militar fundada en 1949 con la firma del tratado del Atlántico Norte en Washington y anuncia una nueva era en la seguridad transatlántica marcada por las acciones de “actores autoritarios que desafían los intereses, valores y el modo de vida democrático” de la OTAN, con acciones que incluyen desde ataques híbridos hasta la coerción económica, la instrumentalización de la inmigración o la manipulación del mercado de la energía.
La Alianza acusa abiertamente a Pekín de “intentar subvertir el orden internacional basado en normas, incluso en los ámbitos espacial, cibernético y marítimo”. Hay un matiz respecto a Rusia: “China no es nuestro adversario” pero “nos plantea serios desafíos”, puntualizó Stoltenberg. Por primera vez, la OTAN invitó a su cumbre en calidad de socios a varios países del área indo-pacífica, entre ellos Japón, que agradeció la iniciativa aliada de abrir canales de comunicación sobre la conducta agresiva de China. Como admitió la ministra británica de Exteriores, Liz Truss, el temor es que China saque “lecciones erróneas” de Ucrania e invada Taiwán, “un escenario catastrófico”.
La OTAN habla a las claras de la complicidad exhibida por Pekín y Moscú en los últimos meses. “La profundización de la alianza estratégica entre la República Popular de China y la Federación Rusa, con sus intentos complementarios de socavar el orden internacional basado en reglas, va en contra de nuestros valores e intereses”, afirma el nuevo concepto estratégico, que sustituye al pactado en Lisboa en el 2010, que se refería a Moscú como “socio estratégico” y apenas hacía referencia a Pekín.
¿Asume la OTAN que el mundo se está adentrando en una nueva guerra fría?, preguntó esta cronista al secretario general. “Nuestra relación con Rusia está en el momento más bajo desde la guerra fría”, pero “la responsabilidad es de Rusia”, enfatizó Stoltenberg, que recordó el historial de conducta agresiva de Moscú desde la invasión de Georgia en el 2008
“No podemos descartar la posibilidad de un ataque de Rusia a un aliado”, avisa el nuevo concepto estratégico
hasta la anexión de Crimea en el 2014, acontecimientos que culminan con la “brutal” guerra abierta contra Ucrania. “Es Rusia quien ha hecho imposible para nosotros seguir buscando una asociación con ellos”, dijo en referencia a lo que ahora se considera una fallida política de distensión.
Los aliados se conectaron por videoconferencia con Ucrania para escuchar de primera mano del presidente Volodímir Zelenski su evaluación de la situación sobre el terreno y las necesidades de su Gobierno para seguir funcionando y plantar cara a Rusia. “Con un Kremlin extremadamente agresivo, el mundo necesita una Alianza sumamente valiente”, dijo Zelenski, que avisó de que si los países de la OTAN no dan medios suficientes a Ucrania para vencer a Rusia, lo que van a tener es una guerra directa con Rusia en un momento futuro. Para Moscú, países como Lituania “no son miembros de vuestra alianza, sino una república de la URSS”, advirtió Zelenski desde una localización secreta, vestido con su característica camiseta caqui.
La Alianza reiteró ayer su apoyo a Ucrania frente a la agresión rusa y se comprometió a respaldar al país “todo el tiempo que sea necesario”, también con el envío de armamento pesado. Stoltenberg insistió en la idea de que el apoyo a Kyiv no es solo un deber moral sino que va en beneficio directo de los países aliados. “Están luchando por su independencia. Pero también están luchando por valores que son fundamentales para la OTAN, como la soberanía y la integridad territorial de todos los países, y por lo tanto es importante para nuestra seguridad”.
Por primera vez, el concepto estratégico de la OTAN sitúa también en su radar su flanco sur, un vasto territorio del que pueden llegar desafíos específicos como el terrorismo o los estados fallidos, pero también terreno de juego para la influencia china y rusa. “Los conflictos, la fragilidad e inestabilidad de África y Oriente Medio afectan directamente a nuestra seguridad y la de nuestros socios. El vecindario sur de la OTAN, en particular Oriente Medio, el norte de África y las regiones del Sahel afrontan desafíos demográficos, económicos, políticos y de seguridad”, afirma el documento.
Levantado el veto de Turquía a la adhesión de Suecia y Finlandia, los líderes de los 30 países aliados invitaron ayer formalmente a los países nórdicos a sumarse a la organización. Esta decisión, enfatizó Stoltenberg, “demuestra que la puerta de la OTAN está abierta, que Vladímir Putin no ha logrado cerrar la puerta de la OTAN y que respetamos el derecho de cada país a elegir su camino”.c