Cadena perpetua para el único terrorista vivo del ataque a Bataclan
El francés Salah Abdeslam, único terrorista vivo de los comandos que atacaron París, fue condenado ayer, por un tribunal especial, a cadena perpetua sin posibilidad de remisión, la pena más dura prevista en el ordenamiento francés. Abdeslam, que ejerció sobre todo de chófer, no llegó a activar el cinturón explosivo que llevaba porque se echó atrás en el último momento. Pudo huir a Bruselas, pero más tarde fue capturado.
En los ataques contra la sala de conciertos Bataclan, el Stade de France y varias cafeterías murieron 130 personas y más de 400 resultaron heridas. Seis terroristas fueron juzgados en ausencia. Se cree que cinco murieron en Siria e Irak. Otro cumple condena en Turquía. Además de Abdeslam, fueron reconocidos culpables 19 de los 20 procesados, la mayoría en papeles subalternos. Abdeslam se llevó, entre los vivos, la pena más severa, que hace casi imposible poder salir un día en libertad provisional. Mohamed Abrini también fue condenado a perpetuidad, pero con la posibilidad de salir de la cárcel al cabo de 22 años.
Abdeslam, de 32 años, comenzó el juicio muy desafiante y presumiendo de ser un soldado del Estado Islámico (EI). Luego su actitud evolucionó hacia el arrepentimiento, dejando en el aire si se trató de un cambio táctico, en busca de clemencia, o una postura sincera. La Fiscalía y muchos familiares creyeron lo primero.
En su último turno de palabra, Abdeslam reiteró sus excusas, si bien admitió que muchos pueden hallarlas “no sinceras”. Pero el reo insistió: “Más de 130 muertos, centenares de heridos, ¿quién puede presentar excusas no sinceras a la vista de tanto sufrimiento?”. “He cometido errores, pero no soy un asesino –concluyó–. Si me condenan por asesinato, cometen una injusticia”.
Las sentencias llegaron después de 10 meses de sesiones, a ve