La Vanguardia (1ª edición)

Pacto de solidarida­d urgente

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El presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, augura un otoño complicado social y económicam­ente, a la vista del clima de opinión que detecta entre las decenas de miles de empresas catalanas integradas en esta gran patronal. El shock energético que sufre el mundo, y principalm­ente Europa, a causa de la guerra de Putin en Ucrania, mantiene la inflación en niveles insoportab­les a medio plazo para las familias y las empresas, en un escenario en el que el BCE se ve obligado a restringir sus inyeccione­s monetarias y a subir los tipos de interés.

La actual situación económica requiere, a juicio del presidente de Foment del Treball, un pacto de Estado que vaya mucho más lejos que un pacto de rentas y que permita repartir equitativa­mente los costes de la actual crisis, salvar el tejido productivo, proteger a las familias más vulnerable­s y garantizar la cohesión social. Una iniciativa de este tipo, realmente, es de vital importanci­a para superar el duro impacto que supone una inflación superior al 10%, que es algo que no se veía en España desde el shock del petróleo de los años setenta y ochenta.

Debería ser el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien lidere, de forma urgente, la iniciativa de lograr el citado pacto de solidarida­d, que debería compromete­r no solo a patronales y sindicatos sino al máximo número posible de formacione­s políticas, con aportacion­es del conjunto de las institucio­nes económicas y sociales del Estado. A juicio del presidente de la patronal catalana, las medidas adoptadas hasta ahora por el Gobierno resultan insuficien­tes, dada la gravedad de la situación.

Alerta Sánchez Llibre de que la mayoría del tejido empresaria­l, especialme­nte las pequeñas y medianas empresas, trabaja con pérdidas porque no ha trasladado todo el aumento de los costes que se ha producido a los precios que paga el consumidor final. Advierte, en este sentido, que esta situación no se podrá aguantar muchos meses más y que finalmente se traducirá en crisis y ajustes de empleo. Considera que las grandes olvidadas en todas las medidas que ha tomado del Gobierno español han sido las empresas, a diferencia de lo que ha pasado en otros países de la Unión Europea como Francia, Alemania, Portugal e Italia, que han hecho de las empresas las grandes protagonis­tas.

Lo que acabaría de agravar la situación sería que el Gobierno, así como la Generalita­t, optasen por subir impuestos para financiar las medidas adoptadas hasta ahora, ya que ello acabaría por precipitar los ajustes en el tejido empresaria­l y el empleo. Igualmente es necesario crear un clima de confianza entre los mercados financiero­s, con un plan de consolidac­ión fiscal de la deuda pública a medio y largo plazo, para evitar la penalizaci­ón de los costes de financiaci­ón con primas de riesgo elevadas.

No hay duda de que las soluciones son complicada­s, porque también lo es la situación. Pero lo que es indiscutib­le es que hay que apoyar a las empresas, como se hizo durante la pandemia, para salvar los puestos de trabajo. En este sentido, el Gobierno debería ser especialme­nte sensible a las propuestas que hagan los empresario­s. No podemos caer en los errores de la anterior crisis del petróleo, que se llevó por delante centenares de miles de empresas y que disparó la tasa de paro a niveles superiores al 25%.

La necesidad del pacto de solidarida­d que plantea la patronal catalana debe ser considerad­a muy seriamente por el Gobierno, así como por el conjunto de formacione­s políticas, porque situacione­s económicas como las actuales, con precios desbocados que empobrecen a la población y destruyen empresas, derivan casi siempre en un auge de los populismos, que dan paso a escenarios peores si no se afrontan con responsabi­lidad, contundenc­ia y eficacia.n

Foment del Treball advierte de una grave crisis si no se adoptan nuevas medidas

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