La concesionaria Nova Bocana Barcelona ha hecho la obra, que ha costado 1,5 millones de euros
Otro enclave con vistas privilegiadas de Barcelona. El área de la nueva bocana del puerto estrenó ayer un mirador sobre el mar, que recibe el nombre de Vela, al que se accede por una escalinata y una pasarela, desde el que hay una visión panorámica de 360º. El lugar, de pequeñas dimensiones pero gran atractivo por su emplazamiento, está llamado a convertirse en uno de los puntos preferidos por los barceloneses y los visitantes de la ciudad para tomar imágenes.
Desde este nuevo balcón se ven la playa de Sant Sebastià, que está justo debajo, y el resto de los arenales, la Barceloneta, las torres de la Vila Olímpica y, al fondo, el Fòrum y, más allá, la costa del Matinuidad resme..., además del lado menos visto del icónico hotel W, el que da al mar, junto al que ahora se puede pasear para acceder al popular rompeolas abierto a finales del 2018.
Nova Bocana Barcelona, el concesionario de esta área, ha invertido 1,5 millones de euros en el proyecto. Su director general, Javier Casado, destacó en el acto inaugural que “había que solucionar un problema, un punto de discon
evitable”, que no permitía pasear entre el paseo de la playa –en esa zona se llama Mare Nostrum–, la plaza de la Rosa dels Vents –la que está junto al hotel– y el rompeolas. Lo impedía un gran muro. Para solucionarlo hubiese bastado con poner unas escaleras que alcanzaran el nivel superior y conectarlas con el resto de los espacios. Y así se hizo. Pero se le puso una guinda: el mirador.
Se dotó al conjunto de un diseño con bloques triangulares, vegetación en los taludes –todavía ha de crecer– y una llamativa iluminación con leds que hace el enclave si cabe más atractivo por la noche. Las escaleras, la pasarela y el mirador se alzan sobre una estructura de hormigón oculta cubierta con cemento sobre el rompeolas, que sirve de base para una segunda estructura metálica sobre la que se asienta el acabado a la vista de paneles de hormigón. Este sistema garantiza la máxima resistencia frente a los temporales. La actuación incluye un mecanismo para reciclar las aguas grises que genera el hotel W y utilizarlas para regar las plantas del nuevo espacio.