ANÁLISIS Una Italia descarnada
Algo ha pasado durante los últimos días de campaña en Italia y aún no sabemos muy bien qué es. El tam-tam dice que el Movimiento 5 Estrellas está resucitando en el Sur.
Encabeza la coalición favorita, el partido de los Hermanos de Italia, heredero del Movimiento Social Italiano, organización fundada por oficiales amnistiados de la República de
Salò, el último reducto del fascismo, estado tapón de la Alemania nazi. No reivindican Salò, pero encarnan su resentimiento histórico. Esa pulsión sintoniza con el estado de ánimo de una parte significativa de la sociedad, fastidiada y desorientada tras el fracaso de la última experiencia tecnocrática. No es que miles y miles de italianos se hayan vuelto fascistas, semifascistas o fascistas desnatados. Están hartos, están decepcionados, siguen buscando algo nuevo, y el partido de la Meloni es el único que no estaba en el Gobierno de Draghi.
El segundo componente es el Caimán, el octogenario Silvio Berlusconi, que cada vez que habla sin papeles dice lo que piensa. El jueves tuvo una intervención memorable en televisión. Defendió a su amigo Vladímir Putin, con el que ha compartido negocios y vacaciones. “Putin solo quería colocar en Kyiv un gobierno de personas decentes”, dijo. Asociados al Partido Popular Europeo, los de Forza Italia se han presentado como garantes del “europeísmo” del futuro gobierno. Estupefacción en Bruselas. Ursula von der Leyen ya ha enviado
la campaña acaba con meloni alterada, con Berlusconi elogiando a Putin, y con nervios en Bruselas
señales de advertencia.
Cierra el trío de ases Matteo Salvini, hoy un juguete roto en manos de la embajada de Rusia en Italia. Eso es lo que viene, gracias a una ley electoral con sesgo mayoritario, gracias a la crisis gubernamental que Mario Draghi no quiso reconducir en julio, gracias a un Partido Democrático muy bajo en calorías, y gracias al malhumor cósmico de la Italia agraviada.
¿Por qué Meloni ha acabado la campaña pegando gritos? Aparece estancada en los últimos sondeos (no publicados) y teme que la resurrección del Movimiento 5 Estrellas le complique las cosas en el Senado. Italia mantiene un bicameralismo perfecto: el Senado cuenta. Una mayoría exigua en el Senado puede ser peligrosa.
No olvidemos que el encargo de formar gobierno es potestad del presidente de la República, un siciliano silencioso, cuyo hermano mayor fue asesinado por la mafia.c