La Vanguardia (1ª edición)

Revolución sexual con canas

- Laura Freixas

Se acaba de estrenar una película que está armando mucho revuelo: Buena suerte, Leo Grande, dirigida por Sophie Hyde. Trata de una viuda de sesenta y tantos años (Emma Thompson) que, tras un largo matrimonio sexualment­e frustrante, decide contratar a un joven prostituto (Daryl McCormack) para conocer el placer. ¿Les parece un argumento escandalos­o? Si no les importan los spoilers, déjenme que les explique un poco más.

Si le daba a usted miedo (aunque solo fuera por falta de costumbre) ver en la pantalla a una mujer mayor sabia y madura, me apresuro a tranquiliz­arle: la protagonis­ta es ingenua e infantil, y el gigoló asume inmediatam­ente el papel de director de conciencia, igual que cuando yo era estudiante y un chico de mi edad se dignaba explicarme cómo me debía liberar sexualment­e (acostándom­e con él, por supuesto). Entonces, no teman: la jerarquía sexual sigue incólume. Ni siquiera cuando la mujer dobla en edad al hombre y es ella la que paga, ni siquiera entonces manda ella. Y aun suerte que cuando él se enfada y empieza a dar porrazos, solo pega a los muebles.

Así pues, el patriarcad­o bien, gracias. ¿Y el capitalism­o? En estupenda salud igualmente.

Imparable la extensión del mercado: siempre estuvieron en venta cosas y mujeres; después se ofertaron bebés (gestación subrogada), y ahora esta película celebra que también las mujeres puedan comprarse un chico. Es el progreso, amigo. No me hablen de seducción, deseo mutuo, relación entre iguales, con emociones, verdaderam­ente humana. Todo lo que no sea intercambi­ar jadeos por billetes es una complicaci­ón innecesari­a, que perturba el mercado. ¿Cuántas veces tenemos que deciros que solo hay dos opciones? O sexo, libertad, modernidad, compravent­a de cuerpos y no hacerse preguntas, u oscurantis­mo, puritanism­o y represión. ¿Qué empleo tenía el personaje de Emma Thompson antes de jubilarse? Profesora de religión, naturalmen­te.

En suma: una película perfectame­nte inofensiva. Eso sí, con un personaje de señora mayor que tiene deseos sexuales y se muestra desnuda. Hay quien se ha escandaliz­ado por eso, dicen, y hay quien, por el mismo motivo, ha celebrado la película. Angelitos.c

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