La Vanguardia (1ª edición)

Secretos a voces

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El escritor británico J.G. Ballard decía que “los únicos filósofos auténticos que quedan hoy son los policías”. No es de extrañar pues que cuando el conseller Joan Ignasi Elena cambió la cúpula de los Mossos, destituyen­do al mayor Josep Lluís Trapero, lo justificar­a en términos de pensador clásico. Se trataba de conseguir “una dirección coral, de dar entrada a una nueva generación de mandos y de feminizar el cuerpo”. Como decía el poeta Eduardo Galeano, las cosas importante­s se mueren cuando se las nombra, así que hay que desconfiar siempre de las palabras, por buenas que sean las intencione­s. La realidad es que, más allá de las declaracio­nes públicas, las mujeres seguían siendo minoría en la cúpula, la diferencia entre el nuevo jefe Estela y Trapero era apenas de seis años y la coralidad resultaba un brindis al sol en un

La dirección coral puede funcionar en los orfeones, pero no en los cuerpos policiales

cuerpo jerarquiza­do. Lo que está bien para los orfeones no siempre se entiende en las fuerzas del orden.

Han pasado nueve meses desde la decisión del conseller Elena y lo cierto es que la relación entre el jefe del cuerpo de los Mossos, Josep Maria Estela, y su segundo, Eduard Sallent, no funciona, hasta el punto de que Estela habría pedido oficialmen­te su cese. Lo ha revelado el diario El País, pero es un secreto a voces. Sallent acaba de quedar fuera de los tribunales que eligen los mandos de las oposicione­s de inspectore­s, intendente­s y comisarios. En la conselleri­a piensan con fe cristiana que la situación se puede reconducir, pero, como dice el adagio, lo que puede ir mal, acabará yendo mal. Otra cosa será ver quién se lleva el gato al agua, pues Sallent, que ya fue el jefe de los Mossos, es tan capaz como hábil, con buenos anclajes en el departamen­to.

Los Mossos han tenido seis jefes en cinco años, contando con la repetición de Trapero en el cargo, lo que no es lo mejor para el cuerpo. Afortunada­mente, las encuestas del Centre d’Estudis d’Opinió dan a los Mossos una puntuación cercana al notable. La proximidad, la fiabilidad y la eficacia son los elementos más valorados por los ciudadanos. Pero sería exigible que el poder político no complicara las cosas.

El conseller Elena convalece de una operación de vesícula, pero hay cargos que no dan tregua.c

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