La Vanguardia (1ª edición)

‘El col·lapse’, ideas y alegría

- Víctor-M. Amela

Que el placer no nos haga sentir culpables (Fran Leibovitz) ha sido el lema del debut de El col.lapse (tV3, sábados noche), programa refugio de una realidad que nos parece que colapsa (es que vivimos tan bien que necesitamo­s sobresalta­rnos un poco para sentirnos vivos). ricard Ustrell propone un rincón de reflexión desde la alegría de estar aún vivos (“ya que estamos vivos, ¡alegrémono­s!”, enseñó ramon Llull y es mi lema personal). ¡Hasta el último minuto estás a tiempo de actuar, de pensar, de divertirte! Lo propone Ustrell, muy ambicioso, y yo agradezco esa ambición de meter vida (y al impagable Sergi pàmies) en un plató más allá de las consabidas trincheras de la política, que son también un espectácul­o, desde luego, pero muy melancólic­o y del todo descorazon­ador.

EEL FORASTER’. nos sentamos con un payés de Castellser­à a contemplar el sol hundirse tras el horizonte, “un regalo de cada día, la mejor puesta del sol del planeta”, explica el joven payés. nos ha llevado allí Quim masferrer, El foraster (tV3, lunes noche), que visita pueblos de Catalunya de menos de mil habitantes, atraviesa su paisaje y conversa con su paisanaje. es un espectácul­o de pequeñas verdades cotidianas que gusta y que corrobora que lo ultralocal (Dalí dixit) es lo universal. Que nos gusta lo demuestra la audiencia (27% de cuota de pantalla) del programa, que halló la clave de su éxito desde el primer día, a saber: el mundo está lleno de historias emocionant­es que no figuran en ninguna agenda urgente, historias que a todos nos conectan con emociones elementale­s y primigenia­s, como la de Juanillo, alma del equipo de fútbol Atlètic de Castellser­à, o como la de mohamed, que veía un desierto en la plana d’Urgell, o la de Julita, que conserva entre los helados una serpiente disecada de dos cabezas, o la del payés que traza laberintos en sus maizales, o la del mag Lari al convertir un caserón en un hogar de ángeles, uno de ellos michael Jackson. Hay un sinfín de historias íntimas que merecen ser contadas porque nos devuelven al kilómetro cero del alma, más allá de los telediario­s y de las portadas de los diarios. raras veces un programa de televisión logra convocar a la vez la risa y la lágrima en el que mira y trenzarlas con tanta fluidez y naturalida­d como sucede en El foraster, humilde maravilla. – @amelanovel­a

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain