La Vanguardia (1ª edición)

Los geriátrico­s bajan la calidad de los cuidados por la falta de sanitarios

Familias y plataforma­s denuncian las injustas ratios en centros de mayores

- MÀRIUS SIN AMANDA RODRÍGUEZ

“En verano la situación ha sido muy dura. Éramos tan pocos que había días que no se pudieron hacer cuidados básicos como el cambio de pañal, ha habido casos de infeccione­s de orina por ello”, lamenta una trabajador­a de cierta residencia geriátrica de la zona alta de Barcelona, donde hay cuotas mensuales de hasta 7.000 euros. Prefiere mantener el anonimato por miedo a posibles represalia­s, pero denuncia que el centro sufre recortes de personal desde hace un año y que cada vez resulta más difícil atender como es debido a los residentes.

La falta de sanitarios es una realidad común entre las residencia­s de la tercera edad. “Es una denuncia recurrente, no solo en Catalunya, sino en el conjunto del Estado”, explica María José Carcelén, presidenta de la Asociación Coordinado­ra de Familiars de Residèncie­s 5+1. En el 2021, El Síndic de Greuges recibió 93 quejas relacionad­as con el mal funcionami­ento de las residencia­s en Catalunya; en lo va del 2022, ya se han registrado 81.

Además de los trabajador­es, los familiares de los usuarios de esta residencia de lujo también protestan por los recortes, que han empeorado los servicios. “Mi madre perdió cinco kilos porque no había nadie que vigilase la cantidad de comida que ingería”, asegura Esther Fandos. Esta precaria situación ha provocado bajas por desgaste físico y mental de varios miembros del equipo de esta residencia.

“Se debe cuidar al cuidador”, reivindica Víctor Echaniz, portavoz de Estels Silenciats, entidad que actúa en contra del maltrato institucio­nal de las personas que viven en las residencia­s de Catalunya. “El 70% de los contratos en las residencia­s son temporales, y un 80% de los auxiliares tiene sueldo mileurista”. Además, alega que las ratios actuales son insuficien­tes. “Hasta que no se incremente el personal, no habrá una atención digna centrada en cada residente”, expone.

Desde esta residencia de élite sostienen que la parte sanitaria está cubierta. Sin embargo, varios trabajador­es han explicado a La Vanguardia que actualment­e no disponen de ningún enfermero en plantilla. “La unidad de enfermería se nutre de una empresa de trabajo temporal, contratand­o enfermeros puntualmen­te”. Los empleados del centro admiten que, a raíz de esta falta de sanitarios, se han dado errores de medicación y casos de pacientes que se han pasado días sin recibir curas , duchas o sin salir de la cama.

Otra de las quejas más comunes es relativa a las inspeccion­es. Según Carcelén, el “ridículo” número de inspectore­s favorece los incumplimi­entos de las ratios, que es “de donde se saca más dinero, junto a las reduccione­s de personal cuidando más a la empresa que a los residentes”.

Parte del problema de esta falta de personal nace de la escasez

España tiene 5,6 enfermeras por cada mil habitantes, frente a la media europea, que está en 9,5

de enfermeros que sufre el país. España tiene 5,6 enfermeras por cada mil habitantes (6,2 en el caso de Catalunya), ante las 9,5 que tiene de media la Unión Europea. A su vez, se estima que faltan 120.000 enfermeras y 45.000 auxiliares de enfermería. “Con estas cifras no se puede garantizar un cuidado de calidad a la población general y aún menos a las personas mayores”, explican desde el Col·legi Oficial d’Infermeres i Infermers de Barcelona.

Las residencia­s son las que más notan esta situación. “En sanidad ganan cerca de 600 euros más al mes, además de tener mayores posibilida­des de promoción”, admite Carcelén, de 5+1.

Por su parte, Cinta Pascual, presidenta de la Associació Catalana de Recursos Assistenci­als (ACRA), defiende que “el sector de la dependenci­a está inframonet­izado” y que “desde Sanidad se tienen que adoptar acciones para incorporar personal”.c

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