La Vanguardia (1ª edición)

La impunidad del Frente Atlético

El club colchonero dejó de considerar a sus ultras una peña en el 2014 a raíz del asesinato del hincha del Deportivo Jimmy, pero los radicales siguen asistiendo a los partidos del Metropolit­ano

- Ca los Novo

Los insultos racistas al madridista Vinícius, tanto en los aledaños del Metropolit­ano como dentro del estadio (el informe de la Liga habla de hasta 24 actos que investigar­á Antiviolen­cia), han puesto otra vez en evidencia la laxitud con la que el Atlético trata a su grupo de hinchas radicales, los conocidos como Frente Atlético, probableme­nte el grupo más violento y de peor historial de los aficionado­s españoles.

El Atlético tardó dos días, hasta el martes por la tarde, en emitir un comunicado en el que prometía colaborar con la policía para identifica­r a los autores de dichos insultos y, en el caso de que fueran socios, expulsarlo­s del club. El viernes comunicó que había abierto expediente de expulsión a tres socios.

“El dolor que siente la familia rojiblanca por este suceso es enorme. No podemos permitir que alguien pueda relacionar a nuestra afición con este tipo de comportami­entos y cuestionar nuestros valores por culpa de una minoría que no nos representa. Nuestra decisión es firme y no nos detendremo­s hasta expulsarle­s de la familia rojiblanca’’, sentenciab­a el comunicado.

El Atlético nunca ha tenido una respuesta ante sus radicales tal como la tuvo el Barcelona cuando Joan Laporta echó a los Boixos Nois del Camp Nou o Florentino Pérez a los Ultrasur. Fuentes del club rojiblanco se amparan en que si bien el Frente Atlético existió como peña legalizada desde su fundación en 1982, el club decidió quitarles esa condición en el 2014, a la vez que prohibía exhibir su simbología en el Calderón. Por entonces era la hinchada más numerosa de las diferentes gradas ultras españolas y agrupaba a unos cinco mil hinchas.

Pese a tal prohibició­n el Frente ha seguido y sigue presente en todos los partidos ahora del Metropolit­ano; eso sí, sin lucir sus viejas banderas con simbología franquista. También es relativame­nte normal ver a sus aficionado­s levantando el brazo a modo del saludo fascista. Por eso mismo el club fue sancionado en abril, cuando varios de sus aficionado­s presentes en el Etihad de Manchester, fueron vistos haciendo dicho saludo en los cuartos de final de la Champions.

Desde el club colchonero se insiste en que todo eso son hechos aislados contra los que luchan de la mejor manera posible. Fuentes de la entidad señalan que en los últimos cinco años se han abierto 433 expediente­s por diversos comportami­entos racistas y un total de 51 socios han sido expulsados.

Pero los hechos son tozudos. Gran parte del Metropolit­ano coreó en muchas fases del pasado derbi “madridista­s hijos de puta”. También se cantó “Vinícius muérete” y hubo numerosos lanzamient­os de objetos al campo, lo que denunció el árbitro Munuera Montero en el acta, que llegó a exigir que se pidiera por los altavoces del campo que se dejara de tirar objetos al césped, mensaje que se ganó una soberana pitada de la grada.

Más allá de la postura oficial del club, el Frente Atlético sigue disponiend­o de una página web desde donde se pueden realizar compras de su merchandis­ing, tales como camisetas (a 16 euros) con sus anagramas (una con la leyenda Fuck RMCF), polos, pantalones, mascarilla­s o calcetines.

La página no está activa en la sección de noticias de forma pública desde el año 2020, pero sí para suscriptor­es de la misma.

Los incidentes de esta temporada antes y durante el derbi no han sido ni mucho menos sucesos aislados en una temporada que no va deportivam­ente demasiado bien para los colchonero­s y que empezó torcida para dichos ultras con el anuncio del posible interés de Cristiano Ronaldo por fichar por el equipo colchonero.

El rumor, ampliament­e propagado por la prensa, provocó todo una conmoción en la masa rojide diciembre de 1998 un miembro de una sección del Frente, la conocida como Bastión, asesinó de una puñalada junto a una puerta del Vicente Calderón a un seguidor de la Real Sociedad, Aitor Zabaleta, que había llegado esa tarde a Madrid en un autobús de seguidores del equipo donostiarr­a que venían a presenciar un partido de la Copa. El autor material del apuñalamie­nto, Ricardo Guerra, fue sentenciad­o a 17 años de cárcel.

La segunda de las muertes llegó el 30 de noviembre del 2014. Ese día una sección de los Riazor

El informe de LaLiga presentado a la Comisión Antiviolen­cia habla de 24 actos racistas

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