La Vanguardia (1ª edición)

Ortuzar desveló en el Alderdi Eguna, el día del Partido, que ya ha recibido la llamada de Feijóo

- Ander Goyoaga

Los giros en la política española le han permitido al PNV reposicion­arse y revaloriza­r sus votos de cara al final de la legislatur­a. Los jeltzales celebraron ayer el Alderdi Eguna, el día del Partido, en una posición reforzada por los guiños del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que les permiten especular con un entendimie­nto futuro. El PNV ha pasado de cuestionar al Gobierno, aunque matizando que con Vox en la ecuación no había alternativ­a, a señalar que se sentirán libres para cambiar de rumbo si Pedro Sánchez no cumple. Una nueva coyuntura que exige pasos al Ejecutivo central; el más inminente será el probable traspaso al Gobierno vasco de trenes de Cercanías.

La relación entre el PNV y Sánchez ha estado llena de altibajos. Los jeltzales han tenido que reclamar de manera recurrente su posición de socio preferente, han cuestionad­o el rol que el Ejecutivo ha otorgado a EH Bildu y, sobre todo, han demandado hasta la saciedad que se cumplan los 12 puntos del acuerdo de investidur­a que sellaron en diciembre del 2019. En la recta final del mandato, aquel acuerdo sigue lejos de cumplirse, sobre todo en lo relativo a su punto tres: el cumplimien­to íntegro del Estatuto de Gernika (1979). Las asperezas son patentes, y los jeltzales exigen movimiento­s, como la probable llegada de la competenci­a de Cercanías.

La posición exigente del PNV había ido siempre acompañada de dos matices. Los jeltzales han venido subrayando una posición de lealtad, como “socio más fiel” de

Sánchez, al tiempo que insistían en que “no hay alternativ­a”: la “alternativ­a es PP y Vox”. Pero el tablero político español se ha movido. Y el PNV, que sentía que Sánchez le tenía tomada la medida, ve la posibilida­d de sacar músculo.

Los jeltzales insisten en que seguirán apoyando de manera fiel a Sánchez, pero han elevado la presión. Aitor Esteban, portavoz en el Congreso, ha dado a Sánchez cuatro meses para testar su actitud. El presidente de la ejecutiva del PNV, Andoni Ortuzar, ha señalado que su partido “se sentirá libre” en Madrid si no se cumple lo acordado. En paralelo, han hecho pública una encuesta a simpatizan­tes de la que se desprende que el 81% apoyaría romper con Sánchez si no cumple en relación con el Estatuto. “Queda mucho por cumplir”, insistía ayer Ortuzar.

Los jeltzales quieren que la legislatur­a se cumpla, pero sienten que pueden adoptar una posición de fuerza difícil de sostener hace algunos meses. Y necesitan que se cumpla lo pactado, al menos parcialmen­te. La política vasca enfila un nuevo ciclo electoral. Entre mayo del 2023 y la primavera del 2024 se decidirá la representa­ción política en todas las institucio­nes. El PNV quiere hacer valer una de sus bazas históricas: la consecució­n en Madrid de acuerdos positivos para la sociedad vasca. Se trata de un punto fundamenta­l, más teniendo en cuenta la relevancia que ha adquirido en la agenda política del País Vasco lo que acontece en Madrid y el cambio de estrategia de EH Bildu, que busca rivalizar en este flanco.

La llegada de Feijóo, la mayoría absoluta de los populares, sin Vox, en Andalucía o los guiños del líder del PP han permitido a los jeltzales resituarse. Ortuzar adelantaba en el Alderdi Eguna, que ya ha recibido la llamada de Feijóo y que se reunirán pronto. Matizaba, a renglón seguido, que seguirán apoyando a Sánchez. Pero la sombra de un entendimie­nto futuro con el PP ya planea sobre la política vasca. Otra cosa será si realmente existen posibilida­des de acuerdo y las consecuenc­ias que tendría.

El PNV gobierna con el PSE en

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