JxCat califica de “error histórico” la decisión del jefe del Govern y su ejecutiva se reúne esta mañana
como una deslealtad. Era su número dos en el Govern. “O son Govern o son oposición”, razonaban desde Presidència.
La crisis abierta en el Govern se lo ha llevado por delante. La salida de Palau de Turull y Borràs flanqueando a Puigneró minutos antes de la comparecencia del president fue toda una escenificación. También un preludio.
Aragonès argumentó la destitución. “En momentos difíciles es imprescindible acompañar a la ciudadanía y trasladarle seguridad”, subrayó antes de remarcar que “las desconfianzas no ayudan a cumplir este objetivo”. “El ruido que se había generado se ha trasladado al Govern, ha dificultado su tarea y ha contribuido a la desestabilización en un momento que la ciudadanía en la sala. Ayer sucedió lo mismo en el Palau de la Generalitat. Aragonès se reunió de urgencia a las 17.10 h con todos sus consellers tras la amenaza del martes de JxCat en el Parlament de pedirle que se someta a una cuestión de confianza si no cumple con aquellos pactos de investidura que los posconvergentes aseguran que no se están poniendo en marcha.
Posteriormente y tras dos horas de reunión, el president se citó con el secretario general de Junts, Jordi Turull. Al finalizar, a las once de la noche, el jefe del Govern compareció para anunciar la marcha de Puigneró.
Esta crisis ha conseguido que del “acuerdo de claridad” que propuso Aragonès para sentar las bases de un referéndum pactado ya ni se hable. El jefe del Govern contó hasta tres el martes en el Parlament, hasta cien la mañana de ayer y hasta mil por la tarde para analizar la situación y meditar si debe desprenderse de sus socios. Lo ha hecho de manera individual,