La UE permitirá a España mantener su impuesto a las empresas energéticas
Las últimas propuestas garantizan la compatibilidad con las medidas nacionales
El Gobierno español afronta con tranquilidad la recta final de las negociaciones del paquete europeo de medidas para afrontar el alza de precios del gas y la electricidad. El borrador del acuerdo que mañana viernes sellarán en Bruselas los ministros europeos de Energía no obligará a cambiar la estructura del impuesto a las empresas del sector en el que trabaja el ejecutivo desde el pasado mes de julio, adelantaron ayer fuentes diplomáticas españolas.
Aunque Bruselas siempre expresó su voluntad de convalidar las medidas nacionales que respondieran a los mismos objetivos que la propuesta europea, los puntos de partida eran divergentes. Mientras el texto original de la Comisión preveía limitar los beneficios extraordinarios obtenidos por las empresas que producen electricidad a partir de fuentes renovables o energía nuclear tomando como base “el exceso de beneficio tributables” obtenidos en el 2022, entendidos como los que son un 20% superiores a los ingresados en los tres años fiscales anteriores, así como reclamar una “contribución solidaria” similar a petroleras y gasistas, en España lo que plantea el Gobierno es un impuesto sobre su volumen de negocios.
En aras del acuerdo, la presidencia checa de la Unión Europea, que pretende cerrar el acuerdo político sobre esta y otras medidas en la reunión extraordinaria de mañana, ha presentado una propuesta de compromiso que ajusta la definición del gravamen de forma que todos los países que hayan adoptado legislación o anunciado planes en este sentido no tengan que alterarlos. Los últimos documentos presentados ayer a los gobiernos incluyen “garantías de compatibilidad” que no estaban incluidas en la propuesta original de la Comisión y que se extienden a otros aspectos del paquete de medidas.
Así, aunque será obligatorio reducir un 10% el consumo total de electricidad de forma que la mitad de esta reducción ocurra en horas punta, también se han flexibilizado la forma de definirlas y contabilizar el ahorro para tener en cuenta las características de cada mercado eléctrico y las iniciativas adoptadas en los últimos meses en el mismo sentido. A la espera de ver el documento final, la delegación española también confía en que el acuerdo final sobre este punto reconozca las demandas españolas de flexibilidad. “Esperamos salir de la reunión con nuestro modelo básicamente intacto”, afirman fuentes diplomáticas españolas.
La Comisión Europea, por su parte, aprovechará el consejo de ministros de energía de mañana para presentar de forma informal sus reflexiones sobre la idea de poner un tope a todas las importaciones de gas a la UE y no solo del procedente de Rusia, como inicialmente propuso la presidenta Ursula von der Leyen. Al menos 15 países han firmado la carta que reclama a Bruselas propuestas
La UE también dará flexibilidad para cumplir el objetivo de reducir el 10% el consumo eléctrico
en este sentido, pero la idea sigue sin convencer a los técnicos comunitarios, que en un documento interno advierten a los Veintisiete de que puede llevar a problemas de aprovisionamiento en la UE porque los proveedores de gas licuado podrían buscar otros clientes dispuestos a pagar más.c