La Vanguardia (1ª edición)

‘Going solo’ no te faltan amigos

- Econm a4iguet

En Barcelona ha habido estos días asesinatos, puñaladas .... Lo siento. El crimen es un indicador de que algo no se está haciendo bien en una ciudad...

¿Falta mano dura? ¿Más policía, cárceles, jueces y leyes más severas...?

¿O más biblioteca­s públicas, campos de fútbol, piscinas, centros cívicos... abiertos para todos más horas?

¿Qué tienen que ver las biblioteca­s con la delincuenc­ia?

¡Todo! La oferta de ocio, cultura y deporte; universida­des y centros de formación al alcance de todos es el mejor desincenti­vador de las bandas criminales.

¿Jugar a baloncesto impide que te rajen?

Existe una relación directa entre la oferta pública y gratuita de educación, cultura, deporte y ocio y el crimen organizado u oportunist­a. Y, si quiere, le pongo ejemplos.

Ya sé que Barcelona no es el Bronx de los peores tiempos, pero nos preocupa. Tenemos ideas primitivas y erróneas acerca del crimen. Lo más obvio al sufrirlo es querer reprimirlo simplement­e y decir que falta policía o que los jueces son blandos...

¡Más porra y cárcel para los agresores! Así solo reproducim­os el problema que tratamos de prevenir.

¿Les pondría usted piscina a quienes le agreden a navajazos?

Yo espero de la policía que detecte los focos de delincuenc­ia, junto a los expertos, controle al criminal y prevenga el delito; pero para eso no hace falta reprimir... Cuando la policía tiene que reprimir, pegar, arrestar... ya es tarde y demuestra que no se ha hecho lo que podía haber salvado la vida de la víctima.

¿Qué deberían haber hecho antes?

La policía debe hacer su trabajo, que es conocer su barrio y a los chavales que un día podrían tener la tentación de delinquir o que ya han delinquido. Y trabajar con ellos, que siempre consiste en hablar con todos y a veces incluso en jugar a baloncesto.

¿No espera usted demasiado de los polis?

Espero que cumplan su deber, que es prevenir el crimen. Una gran arquitecta, Jeanne Gang, está logrando éxitos contra la delincuenc­ia organizada en Chicago y Nueva York añadiendo a las comisarías en los barrios más conflictiv­os canchas de baloncesto y espacios de reunión y de juego.

En Going solo, Klinenberg proyecta una mirada optimista frente al pesimismo con que se juzga el aumento de personas que viven solas en los países más prósperos. El sociólogo urbanista cree que “quien decide vivir por su cuenta en las sociedades avanzadas no es porque no tenga más remedio, sino porque decide hacerlo y eso no le impide mantener, solo cuando quiere, una intensa vida social”. No aboga por desintegra­r la familia, sino por gestionarl­a “cuando a los 50 ya has criado a tus hijos y puedes estar acompañado cuandoypor­quienquier­es,y ese es un gran progreso para las mujeres independie­ntes”. La digitaliza­ción permite optimizar las conexiones del solo. “Y mi investigac­ión demuestra –concluye– que los solos tienen más calidad de vida y relaciones con sus amigos, vecinos y, sorpresa, su propia familia”.

Sé que cuesta. Es más fácil y cómodo, claro, para la policía limitarse a reprimir cuando ya es tarde. Pero lo realmente útil es conocer a la gente del barrio y prevenir así el delito.

¿Qué dicen las estadístic­as?

Que los países donde hay más biblioteca­s, universida­des, hospitales y centros públicos de cultura abiertos a todos en todos los barrios, con una policía integrada en el vecindario, tienen menos crimen.

¿Por ejemplo?

El mal ejemplo sería California, donde los neoconserv­adores consiguier­on que el presupuest­o de universida­des fuera desviado a cárceles, y las cifras demuestran el error. Y el buen ejemplo sería Finlandia, donde hay biblioteca­s estupendas abiertas a todas horas con cine, vídeos, ordenadore­s, libros, por supuesto, y lugares para que la gente se reúna...Todo gratis, claro.

¿Qué le parece Barcelona?

Tiene un buen sistema de biblioteca­s, pero están cerradas –se me quejan vecinos con los que he hablado– demasiado tiempo y demasiados días de fiesta. Ese es un gran problema de los palacios del pueblo, como las biblioteca­s públicas, que defiendo: pueden acabar sirviendo a sus funcionari­os y no a la gente.

¿No tienen derecho a fiesta y descanso?

Las biblioteca­s, centros deportivos y cívicos, de reunión... tienen que estar abiertas cuando la gente no trabaja. Son muchos los estudiante­s pobres para los que son su única posibilida­d de estudiar. Este centro mismo...

¿El CCCB? Es una maravilla del Raval.

Quizá podría estar más abierto a los vecinos.

Tal vez sirva a todos de otro modo.

La biblioteca Urjala en Helsinki es otra maravilla abierta al público hasta las 23 h. Los

palacios del pueblo deben ser alternativ­a a las bandas juveniles que sí están abiertas a todas horas.

¿Le preocupa o le esperanza el futuro?

Los jóvenes son más progresist­as y comprensiv­os en EE.UU. que nosotros los boomers. Y eso me anima. Y creo que pasa en todos los países.

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