La Vanguardia (1ª edición)

The Cure: un chute vital indispensa­ble

La banda volvió al Palau Sant Jordi con un concierto contundent­e y antológico y el estreno de varios temas inéditos

- EsTeban Linés say goodbye thing.

“Como decíamos ayer”, debieron de pensar la mayoría de los 17.200 devotos asistentes al concierto que The Cure ofrecieron ayer en Barcelona. Porque era palpable la magia existente con la legendaria banda británica desde aquel último ofrecido en idéntico escenario hace seis años. Por fin se acabó el ayuno musical para los que el rock de los británicos es un indispensa­ble chute vital.

Después del intenso prolegómen­o ofrecido por The Twilight Sad, cuando apareciero­n sobre el escenario del Palau Sant Jordi a las nueve de la noche, aquello fue apoteósico. Y eso que el vehículo con el que entraron no era especialme­nte conocido: la canción Alone, uno de los temas inéditos hasta ese momento en el coso barcelonés, y que incluirán en su muy anunciado próximo álbum Song of a lost world. Al acabarla Robert Smith dijo en plan british “hello again”, para recordar que han pasado seis años de su última visita. Los años no pasan en balde pero la

imagen sigue allí. Y, sobre todo, la actitud que desplegaro­n él (voz y guitarra), Simon Gallup (bajo), Reeves Gabrels (guitarra) o esa metralleta del ritmo que es Jason Cooper (batería). Como dicta el

canon, la presencia de Smith al micrófono con su look único tuvo su contrapeso en el andar siempre inquieto y en primea fila del bajista Gallup, todo ello en un escenario sin excesos y todo centrado en

el sonido y la fantástica tarea de esta banda de currantes de la música.

Comenzaron con ese tema estrenado mundialmen­te el pasado 6 de octubre en Letonia en el marco de esta gira europea hace unas semanas y a partir de allí ofrecieron una auténtica catarata de recuerdos, himnos y música, donde cohabitaro­n melancolía, rock, pop, gótico y psicodelia. Una avalancha cuya segunda entrega fue la insuperabl­e Pictures of you, ya partir de allí el guion fue seguido de la manera prevista, es decir, que la parte oficial finalizó con otro de los estrenos, Endsong. Entremedio, un poco de todo, como el Burn con Smith tocando un flautín en medio de una tormenta sonora o los desarrollo­s guitarrero­s de A forest. Luego seguirían dos bloques de bises que se extendiero­n hasta la decena, llenando dos horas y media de placer.

En esas casi treinta canciones que se pudieron oír hubo incursione­s en buena parte de su discografí­a dando a la velada una dimensión antológica según su criterio (incluyeron la canción Trust del álbum Wish de 1992, y que apenas la tocan en vivo). Y en la que fueron intercalan­do otros inéditos como And nothing is forever (una balada con una prolongada introducci­ón instrument­al y que muchos siguieron agitando la luz de sus celulares), I can never

o la novísima A fragile

 ?? Àlex Gorcio ?? Un momento del concierto de ayer de los Cure en el Palau Sant Jordi
Àlex Gorcio Un momento del concierto de ayer de los Cure en el Palau Sant Jordi

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