El PSOE relativiza el daño electoral y la contestación interna
Patxi López justifica la reforma “aunque nos cueste votos”, ante la crítica de Page y Lambán
Llueve fuerte, pero llueve sobre mojado. Como ya ocurrió con la concesión de los indultos a los líderes independentistas condenados por el procés, en la Moncloa y el PSOE aprietan los dientes para aguantar el duro chaparrón político que descarga ya sobre sus hombros tras el registro en el Congreso de la proposición de ley que sustituirá el delito de sedición por el de desórdenes públicos agravados, con una sustancial rebaja de penas de prisión e inhabilitación.
Y, como ya ocurrió cuando el Consejo de Ministros aprobó las medidas de gracia para los nueve dirigentes independentistas encarcelados –en junio del año pasado–, los socialistas confían en que otra vez, cuando amaine esta fuerte tormenta, se volverán a demostrar los efectos beneficiosos del nuevo paso adoptado por Pedro Sánchez para seguir “desmontando, pieza a pieza”, el conflicto político en Catalunya. “¿Hoy quién cuestiona los efectos de los indultos o la mesa de diálogo?”, advierten en la dirección del PSOE.
La estrategia socialista se centra de nuevo en desplegar un amplio catálogo de argumentos para justificar esta reforma penal, para intentar reducir sus posibles costes electorales y sortear al tiempo una contestación interna que advierten que se circunscribe solo a dos presidentes autonómicos del PSOE: el castellano-manchego Emiliano García-Page y el aragonés Javier Lambán.
El portavoz socialista en el Congreso, Patxi López, aseguró tras registrar la iniciativa junto al presidente del grupo de Unidas Podemos, Jaume Asens, que el PSOE siempre antepondrá la convivencia en España y Catalunya al interés de sus siglas. “Aunque nos cueste votos”, advirtió López.
“El Gobierno progresista del PSOE toma decisiones y hace política independientemente del coste electoral”, aseguró. Y frente a la ofensiva de la derecha, replicó: “Traición sería no intentarlo”. Patxi López, precisamente, protagonizará un acto hoy en Barcelona junto al líder del PSC, Salvador Illa, para defender la reforma.
Igual que la víspera hizo el propio Sánchez, el portavoz socialista esgrimió ayer las razones de la reforma. Entre ellas, recordó que el actual tipo penal de la sedición en España, al no existir en los países del entorno europeo, impidió extraditar a Carles Puigdemont. “Con esta reforma, eso no volverá a pasar. No volverá a haber santuarios para los atentados contra el orden público”, advirtió.
Page y Lambán, que en apenas seis meses afrontan su reelección en los comicios autonómicos, expresaron, no obstante, su total discrepancia con la reforma. “Lo que pasó es muy grave. Hoy estamos en plena escalada de los precios, y lo único que se va a abaratar es el ataque a la Constitución”, denunció el presidente de Castilla-La Mancha. El extremeño Guillermo Fernández Vara, a su vez, admitió: “No me gusta nada de lo que le guste al independentismo”. Pero Vara reconoció que con Rajoy se rompía España, mientras con Sánchez “lo que se ha roto es el independentismo y el
“No volverá a haber santuarios para los atentados contra el orden público”, alega el portavoz socialista