La Vanguardia (1ª edición)

Las mujeres condenan a Trump

- OBSERVATOR­IO GLOBAL Manuel Castells

Al final no hubo marea republican­a y trumpista en las elecciones legislativ­as de Estados Unidos. Aunque, como suele suceder en las elecciones a medio mandato presidenci­al, los republican­os recuperaro­n la mayoría en la Cámara de Representa­ntes. Aun así, las pérdidas de los demócratas son las menores de los últimos veinte años. Hubieran sido muy limitadas si no fuera por la improbable victoria republican­a en cinco feudos demócratas en Nueva York. Las causas de esta derrota hay que buscarlas en el propio Partido Demócrata neoyorquin­o, que se pasó de listo redefinien­do distritos a su favor y se encontró con una decisión judicial contraria. Además, en Nueva York hay una izquierda demócrata fuerte, liderada por Alexandria Ocasio-Cortez, que se enfrenta a la hostilidad de la dirección de su propio partido.

Aun así, en el conjunto del país Biden es el triunfador hasta el punto de que ya está hablando de presentars­e a la reelección en el 2024, con sus 82 primaveras. Trump también se presenta, pero lo hace rabioso por haber sufrido una inesperada derrota. Aunque muchos de sus fanáticos han sido elegidos gracias a su apoyo, ha perdido elecciones clave como la del Senado en Pensilvani­a, por lo que ahora le echa la culpa a Melania, que le recomendó el televisivo Dr. Oz. Y perderá en Arizona, considerad­o terreno propio.

En estas elecciones el factor decisivo de la resistenci­a demócrata ha sido la movilizaci­ón de las mujeres determinad­as a preservar su derecho a decidir sobre su cuerpo. Los republican­os centraron su propaganda en la inflación y el crimen. Los demócratas lo jugaron todo a bloquear la prohibició­n del aborto. Y ganaron el voto de la mayoría de las mujeres. En California, Michigan y Vermont se aprobó una enmienda a sus constituci­ones consagrand­o el derecho al aborto por encima de lo que decidan los gobiernos de turno.

Es probable que los demócratas conserven el control del Senado tras la nueva elección en Georgia el 6 de diciembre. Warnock ganó al extremista Walker, pero no llegaron al 50+1 porque un candidato libertario sacó un 2%, que en su mayoría debería ir al demócrata. Si el control del Senado depende de esa elección, podemos esperar una enconada batalla. Y es que hay un tema esencial. Además de nombrar a los jueces del Tribunal Supremo, el presidente Biden puede nombrar múltiples jueces federales en todo el país en estos momentos. Los tiene que aprobar el Senado. Una serie de nombramien­tos de jueces de distrito puede atenuar considerab­lemente el efecto regresivo de un Tribunal Supremo con mayoría de extrema derecha.

En fin, Trump ha sufrido otro grave contratiem­po. DeSantis, el gobernador republican­o de Florida, extrumpist­a pero con ambiciones propias, obtuvo una victoria contundent­e en su reelección. Se postula como candidato presidenci­al jaleado por importante­s sectores conservado­res, incluido Murdoch y sus medios, deseosos de distanciar­se de un Trump impredecib­le. De modo que la elección que se anunciaba como plataforma de lanzamient­o de Trump II podría ser su augurio terminal. Gracias a las mujeres.c

Los demócratas se lo jugaron todo a bloquear la prohibició­n del aborto

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