Y Pedro cogió su calculadora
PSánchez no es un romántico ideólogo, es una máquina programada para ganar elecciones
edro vuelve a hacer de las suyas. Vuelve a sacar su lado más killer. Su lado más kamikaze. Viendo algunas portadas, parece que el exjugador de baloncesto acaba de hacer otro mate: no solo no reforma sino que deroga el delito de sedición. Tiembla el aro. Se enfurecen las tertulias madrileñas. Me encantaría pensar que la medida la toma por convicciones: por querer una España equiparable a otros países europeos, una España más moderna, con delitos que no sean reliquias heredadas del pasado. Aunque los indultos también son una gracia con siglos de historia y no se le ocurrió derogarlos.
Nos guste más o menos, Pedro Sánchez no es un romántico ideólogo. Ha dado sobradas muestras de poder encarnar a la vez a Mister Increíble y a Elastigirl. Es una máquina programada para ganar elecciones. Me encantaría pensar que no hay intereses ocultos cuando se toma una medida supuestamente tan arriesgada. Pero la edad de la inocencia pasó. La decisión de Sánchez, consensuada con Unidas Podemos y con Esquerra Republicana, es una jugada que si la ves repetida no es para tanto. Cojan el VAR. ¿Sánchez ha derogado el delito de sedición? Sí. En caso de repetirse los hechos de octubre del 2017, ¿un tribunal podría volver a condenar a los acusados? También. Y más teniendo en cuenta lo interpretativo que puede ser el Código Penal. Sin ir más lejos, revisen la sentencia del juicio del procés.
¿Qué estamos viendo ahora? Ante la misma jugada y según los intereses, la celebración de un gol o las protestas por un fuera de juego clamoroso. O reclamar penalti cuando todos saben que es un piscinazo. Gesticulación, vamos. Aragonès celebra el gol como si fuese de chilena; Puigdemont pide fuera de juego mirando la tele; Feijóo reclama la expulsión de Sánchez ante una entrada matadora, antideportiva, que está fuera del reglamento. Pero la pelota la lleva Sánchez y eso siempre te da cierta ventaja. De momento en la foto ya salen cabreados tanto PP como Junts. Esquerra exagera la euforia y los socialistas quieren que el gol suba al marcador pero sin celebrarlo demasiado, con algún silbido tradicional en las gradas mañas y manchegas.
A mí todo lo que sea no volver a octubre del 2017 me alegra. Y eso, guste más o menos el método, Sánchez lo está consiguiendo, tomando medidas que no hace tantos meses eran impensables. No hay tantos precedentes de que las promesas que se hacen desde Madrid a partidos catalanes se acaben cumpliendo. Y eso es lo que puede argumentar ERC a cambio de que el PSOE saque adelante sus terceros presupuestos.
Si yo fuese rival de Sánchez, estaría acojonado. ¿Qué cálculo tiene que haber hecho el killer, el superviviente de todas las batallas, para tomar una medida tan polémica y con tanta determinación? ¿Saben que la entrevista donde lo anunció no funcionó, que en Catalunya no llegó a los cien mil espectadores y en el conjunto de España no llegó al millón? ¿Ha dejado de interesar y de penalizar el tema catalán? ¿Consigue que los focos mediáticos se centren en esa derogación, mientras el ciudadano de a pie sigue preocupado por llenar la nevera? ¿Aprovecha para tensar aún más las relaciones entre Feijóo y Ayuso? ¿Le está robando la cartera a ERC mientras los republicanos siguen celebrando su supuesto golazo? Con Unidas Podemos no hace falta que haga nada porque ya se lo hacen ellos solos.
Me da que a Sánchez se le está poniendo el partido de cara. Solo falta que ganen el Mundial con esa selección tan de la España plural. Y que Elon Musk se cargue el Twitter. Ni por ahí van a poder desahogarse los antisanchistas. Pedro lo está volviendo a hacer.c