Viladecans, Sant Boi y Gavà estallan contra las zonas protegidas
Los ayuntamientos critican la “falta de diálogo” del Govern en la nueva normativa que afectará al Parc Agrari
La ampliación de las zonas de especial protección para las aves (ZEPA) en el ámbito del Parc Agrari del Baix Llobregat continúa generando miedo por su posible efecto limitador en la agricultura. Ayer, los ayuntamientos de Gavà, Sant Boi de Llobregat y Viladecans estallaron contra el fondo y las formas de la Generalitat de Catalunya, impulsora de una iniciativa que pretende responder a la carta de emplazamiento de la Comisión Europea que advertía, bajo amenaza de sanción, de que el delta del río Llobregat carece de suficiente protección medioambiental. El Prat, que también forma parte de este ámbito, sí que es favorable a la iniciativa del Govern.
Carles Ruiz, alcalde de Viladecans; Gemma Badia, alcaldesa de Gavà; y Lluïsa Moret, alcaldesa de Sant Boi (los tres del PSC) salieron relativamente satisfechos en julio de una reunión en el Departament de Acció Climàtica, Alimentació y Agenda Rural. Les gustaron las palabras de la consellera, Teresa Jordà. En aquel momento, explicaron que el Govern se abrió a abordar junto a los ayuntamientos el cambio de normas en el Parc Agrari. Ahora, en cambio, explican que aquellas palabras han caído en saco roto. Que pese a que se amplió el periodo de alegaciones un mes no se ha tenido en cuenta el territorio. “Queremos que se anule el acuerdo de Govern y se apueste por el diálogo”, sintetizó Badia.
“Esto no es una postal, es un espacio productivo”, proclamó Ruiz. El Parc Agrari representa
un 30% de la superficie hortícola catalana. Estos consistorios apuestan por un hub agroalimentario para modernizar la actividad agrícola y que sea más eficiente.
“La protección de los espacios naturales no es incompatible con la agricultura”, consideró Moret. Resulta curioso que la Generalitat diga que el objetivo del plan de gestión que quiere crear es precisamente hacer compatibles estos ámbitos. Pero claro, mientras los
mapas de la nueva zona ZEPA, que según estos ayuntamientos afectan al 70% de la huerta del Parc Agrari, ya están definidos, la normativa que las regirá no. Y en este contexto, se teme ante la posible limitación a la actividad agrícola. Los consistorios piden tener las reglas claras antes de ampliar el espacio protegido. En la zona también hay recelo por la falta de inversiones: hay campos que se inundan frecuentemente por infraestructuras insuficientes.
Estos tres ayuntamientos no son los únicos que han presentado alegaciones y que se oponen a la ampliación de la ZEPA. En este sentido se expresó el sindicato Unió de Pagesos y el Institut Agrícola, la patronal de las empresas agrarias. Por su parte, el Centre d’Estudis Comarcals del Baix Llobregat reclamó hacer compatibles el Parc Agrari con los espacios naturales protegidos. La Generalitat pretende pasar de 935 hectáreas resguardadas a 2.381.
El complejo mapa del delta del Llobregat está formado por un extenso reducto agrícola a las puertas de Barcelona, espacios naturales de gran valor medioambiental, zonas de desconexión ciudadana y el aeropuerto de El Prat. El proyecto de ampliación del aeródromo planeaba afectar el ámbito natural de La Ricarda y compensar esta afectación con 280 hectáreas, que en su grueso también formaban parte del Parc Agrari. Pero los ayuntamientos de Viladecans, Sant Boi y Gavà se mostraron favorables a la idea. “Aquella propuesta no era concreta; si algún día se concreta, ya se hablará”, dijo Carles Ruiz. “Como se formó polémica, no se llegó a oficializar. Con la ZEPA tenemos un acuerdo de Govern”, diferenció Moret.c
Reclaman a la Generalitat que pare la ampliación de las ZEPA para buscar acuerdos con el territorio