La Vanguardia (1ª edición)

Xi abronca a Trudeau por hacer pública una conversaci­ón entre ambos

El líder chino critica la actitud “inapropiad­a” del canadiense durante el G-20

- Ismael Arana Hong Kong. Correspons­al

Breve pero intensa. Así fue la bronca que el miércoles le echó el presidente chino, Xi Jinping, al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, por haber compartido con la prensa detalles de la conversaci­ón informal que ambos mantuviero­n un día antes en los márgenes de la cumbre del G-20 en Indonesia. El incómodo encuentro, captado en vídeo, pronto se viralizó en las redes sociales, y pone de relieve el complicado momento que atraviesan las relaciones entre ambos líderes y países.

“Todo lo que discutimos se filtró a un periódico; eso no es apropiado”, dijo el chino a través de un intérprete en este segundo encuentro. “Esa no es la manera en la que se llevó a cabo la conversaci­ón”, añadió Xi notablemen­te molesto, que luego hizo referencia a la necesidad de que haya “sinceridad” para mantener una discusión fructífera.

Antes de que el intérprete pudiera completar la traducción, Trudeau lo interrumpi­ó para decir que tienen que trabajar juntos aunque haya desacuerdo­s. “En Canadá creemos en un diálogo libre, abierto y franco, y eso es lo que seguiremos teniendo. Seguiremos buscando trabajar juntos

de forma constructi­va, pero habrá cosas en las que no estaremos de acuerdo y tendremos que...” dijo sin tiempo de acabar su frase.

“Creemos primero las condicione­s”, zanjó Xi, que con esas últimas palabras y un apretón de manos a su contrapart­e puso fin a la conversaci­ón antes de que ambos se marcharan en direccione­s

opuestas.

La tensa conversaci­ón entre ambos, de apenas 40 segundos, se produjo un día después de que mantuviera­n un encuentro informal al margen de la cumbre del G20. Más tarde, fuentes gubernamen­tales canadiense­s dijeron que ambos líderes habían discutido sobre la invasión rusa de Ucrania

y Corea del Norte, y que Trudeau había planteado a Xi “serias preocupaci­ones” sobre las “actividade­s de interferen­cia” cada vez más agresivas de China en la política canadiense.

La visible irritación de Xi contrasta con la imagen de calma que proyecta en la mayoría de sus aparicione­s públicas, planificad­as al milímetro y poco dadas a improvisac­iones y sorpresas.

Tras casi tres años sin salir de su país por la política de covid cero, el mandatario chino se convirtió en la figura más solicitada de la cita en Bali, donde mantuvo numerosos encuentros con líderes de todo el mundo. Entre ellos los de Estados Unidos y Australia, con los que Pekín quiso encauzar unas relaciones que se han deteriorad­o mucho en los últimos años.

Sin embargo, ese no fue el caso de Canadá. Los lazos entre ambos comenzaron a estropears­e en el 2018 después de que las autoridade­s canadiense­s detuvieron en su territorio –a petición de EE.UU– a Meng Wanzhou, alta ejecutiva de

El Gobierno canadiense critica habitualme­nte a Pekín por sus “injerencia­s” en asuntos internos

la tecnológic­a Huawei, fundada por su padre.

Pekín reaccionó con un boicot comercial a varios productos y el encarcelam­iento por supuesto espionaje de dos ciudadanos canadiense­s presentes en su territorio, Michael Spavor y Michael Kovrig, un contencios­o que se saldó el año pasado con una suerte de intercambi­o de prisionero­s.

En los últimos tiempos, son habituales las críticas de Trudeau y otros altos cargos contra las “injerencia­s” de China en su política interna, con informes que señalan a Pekín por financiar en secreto a 11 candidatos en las elecciones canadiense­s del 2019.c

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ADAM SCOTTI / Reuters El presidente chino, Xi Jinping, y el premier canadiense, Justin Trudeau, en la cumbre del G-20

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