Barrientos, en el disparadero
Los jueces apoyan al presidente del TSJC ante las críticas del independentismo
E“No es un reproche, son las reglas del juego. Así avanzamos en derecho”, relata un magistrado
El Supremo obligó al presidente del TSJC a repetir el juicio contra la Mesa por falta de imparcialidad
l duro revés cosechado por Jesús María Barrientos, presidente del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC), después de que el Supremo lo haya obligado a repetir el juicio por la Mesa del Parlament de Carme Forcadell por falta de imparcialidad, compromete su presencia en futuros juicios del procés. No está asegurado que Barrientos pueda presidir la vista contra los arquitectos de las estructuras de Estado, Josep Maria Jové y Lluís Salvadó, que será el próximo que se celebre en el TSJC y para el que aún no hay fecha. Jueces del entorno del TSJC consultados por La Vanguardia aseguran que toman nota sobre lo resuelto por el Supremo pero circunscriben el asunto a una cuestión “meramente técnica” y alejada de cualquier operación que cuestione la credibilidad de Barrientos, que cuenta con su apoyo. “Son las reglas del juego. Así avanzamos en derecho, eso no es un reproche”, subraya un alto cargo de la magistratura.
El Supremo ordenó la repetición de la vista tras advertir de que dos de los tres jueces – Barrientos y Carlos Ramos– habían asistido contaminados al juicio. Habían dictado un auto durante la instrucción en el que se pronunciaban sobre elementos clave del caso. La doctrina del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y del Constitucional ha subido el nivel de exigencia sobre la imparcialidad por la que deben velar los jueces. Además, la ley orgánica del Poder Judicial señala que el juez que participe en cualquier trámite de la instrucción no puede luego enjuiciar aquellos hechos. “Fue un error de cálculo”, señala otra fuente judicial que agrega que Barrientos y Ramos “midieron mal el alcance de la doctrina sobre la apariencia de imparcialidad y debían haberse abstenido”.
Nunca antes el presidente del TSJC había sido amonestado por esta cuestión, y el independentistensiones mo lo ha aprovechado para situar a Barrientos en el disparadero y arremeter contra la politización de la justicia. Para los independentistas es una nueva victoria. Ya lograron anteriormente apartar a Barrientos del juicio contra la Mesa del Parlament de Roger Torrent, a petición del exvicepresidente de la Cámara, Josep Costa. La sala especial conformada para debatir estas cuestiones aceptó los argumentos del acusado y avaló que la presencia del presidente del TSJC en ese juicio podía “poner en duda su im
parcialidad”. Como telón de fondo cabe trasladarse a febrero del 2018. El entonces presidente del Parlament, Roger Torrent, impartía una conferencia en la festividad del colegio de Abogados de Barcelona y cuando pronunció las palabras presos políticos: Barrientos, el fiscal superior y otros representantes de la judicatura se levantaron en señal de protesta y abandonaron la sala. Aquel gesto de desaprobación, aplaudido por el constitucionalismo, se le ha girado en contra al presidente del TSJC, que ha visto cómo puede costarle la recusación en el resto de causas vinculadas al procés que se juzguen en el TSJC. Los jueces, en cambio, no creen que sea apartado de la causa contra Laura Borràs, a la que ven “totalmente desvinculada” del 1-O, aunque su defensa lo ha solicitado. Barrientos accedió al cargo en el 2016 y ha tenido que afrontar todas las del procés. Condenó a Artur Mas por el 9-N, inhabilitó a Quim Torra y también a la Mesa de Forcadell. En el 2019,optó a una plaza al Supremo y presentó la sentencia del 9-N como mérito, pero no la consiguió. En estos años, Barrientos se ha mostrado tan educado como implacable ante cualquier amenaza. Tras el 1-O retiró a los Mossos de la custodia del Palacio de Justicia y luego los mantuvo un año vigilando juzgados tras varios ataques con excrementos de los CDR.c