Las notas cambian y deben incluir un plan de refuerzo para el escolar que suspende
Según la ley Celaá, el profesor preverá medidas cuando detecte dificultades
Los padres deberían recibir este trimestre un boletín de notas con algunas modificaciones respecto a lo informes que han recibido hasta ahora. Entre los cambios más importantes no está la fórmula en la que se expresará la valoración de las competencias, si son con números (del 1 al 10) o palabras como “sobresaliente” o “logros excelentes”.
El cambio más importante es que el profesor dará información cualitativa y personalizada y, en el caso de que el niño o adolescente haya suspendido, especificará las acciones que programará para que progrese y apruebe.
Esto es para todos los alumnos de la educación básica, de 6 a 16 años.
La nueva ley de educación, la Lomloe (más conocida por ley Celaá), cuyo currículo ha entrado en vigor en este curso (para cursos impares), establece que cuando un niño no alcance los conocimientos mínimos estipulados se incluyan de inmediato medidas de corrección concretas para evitar que arrastre la falta de conocimiento e impida progresar en los siguientes objetivos.
Esta directiva ministerial ya se ha trasladado a los decretos de evaluación publicados por los gobiernos autonómicos, por lo que los centros ya cuentan con las nuevas instrucciones que irán introduciendo de forma gradual, empezando por los cursos impares. La nueva evaluación, que ya
se realiza en algunos centros educativos, busca no constatar el fracaso del alumno, sino conocer las dificultades que ha tenido y poner remedio, aplicando en cada caso un plan individual de refuerzo educativo.
La finalidad de esta medida es evitar las repeticiones, el fracaso y, en última instancia, el abandono escolar, actuando en el mismo momento en que se producen las primera dificultades en el aprendizaje, para evitar que estas crezcan a lo largo del curso hasta el punto de que se conviertan en inabordables para el alumno.
Por tanto, son claves para que el estudiante y todos los compañeros del aula pasen de curso con los conocimientos suficientes (cabe recordar que se eliminan o minimizan las repeticiones).
En Catalunya, esta medida se recoge en las instrucciones para la evaluación en la educación básica, de 6 a 16 años, publicadas por la Generalitat (decreto 175/2022, de 27 de septiembre, de ordenación de las enseñanzas de la educación básica).
Según este, no se regula un informe de notas único. Cada escuela e instituto elabora un modelo propio en función de su proyecto pedagógico. Pero todos los centros deben incluir en él una serie de informaciones, con lenguaje asequible, que están delimitadas en el texto del decreto (resultados obtenidos en el proceso de aprendizaje, aspectos académicos, personales y evolutivos que se consideren oportunos).
Se trata de que contenga información que aclare a las familias los avances, las dificultades, los logros y las carencias observados en el proceso de aprendizaje de las diferentes áreas de conocimiento o materias.
Concretamente, en el punto 4 del artículo 23 del decreto, se establece que “cuando se detecten factores que dificulten el proceso de aprendizaje del alumno o alumna o comprometan su avance, se deben planificar medidas y apoyos de atención educativa”.
Estas medidas y apoyos, que cada profesor determinará, se deben adoptar “en cualquier momento del curso y tienen que estar dirigidos a garantizar la adquisición de los aprendizajes imprescindibles para continuar el proceso educativo”.
Según el decreto, si a pesar de introducir medidas correctoras (atención grupal o individualizada, mayor tarea individual...) las dificultades persisten, se planificará nuevas acciones contando con la ayuda de personal educativo.
Más que constatar el fracaso del alumno, se persigue conocer sus dificultades y poner remedio a tiempo
Se busca, según las instrucciones, encontrar “apoyos de diferentes grados de intensidad con la colaboración y asesoramiento de la maestra de educación especial en la educación primaria, del especialista de orientación educativa en la ESO, de los servicios educativos y otros profesionales de atención educativa, si procede”.
Fuentes del Departament d’Educació de Catalunya indican que las notas plenamente competenciales deben realizarse de forma lo más personalizada posible y pueden contener incluso la autoevaluación del alumno (cómo estoy aprendiendo, qué es lo que estoy aprendiendo, por qué lo estoy aprendiendo), como ya se realiza en algunos centros.
“La información debería rehuir formulaciones estereotipadas o generalizaciones”, añaden en el departamento, y “partir de las observaciones y las evidencias que el profesorado recoge del proceso de aprendizaje de cada uno de sus alumnos”.c